Mons. Thomas Wenski, arzobispo de Miami, ha denunciado que el pueblo de Puerto Rico «sufre una pobreza muy dolorosa además del hambre, el desempleo persistente y otros problemas sociales, como consecuencia de la crisis financiera que pesa sobre la economía del país». Los puertorriqueños «no tienen ninguna responsabilidad de la situación, sin embargo, son los que más sufren las consecuencias».
(Fides / InfoCatólica) Puerto Rico, estado libre asociado a Estados Unidos de América, está afrontando una gran crisis financiera con una deuda que supera los setenta mil millones de dólares.
Mons. Wenski, también presidente de la Comisión para la Justicia y el Desarrollo Humano de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, ha exhortado al Congreso a aprobar una propuesta de ley que aportaría al gobierno de Puerto Rico las mismas garantías con respecto a la quiebra económica que las que están acordadas para las ciudades americanas.
El prelado recuerda que «desde el momento que Puerto Rico no es una nación soberana, ni un estado, no tiene la posibilidad de reestructurar su deuda y afrontar la crisis».
Además advierte: «Los instrumentos financieros deberían animar al desarrollo, no a la privación. Todos nosotros tenemos una responsabilidad común para proteger a nuestros hermanos y hermanas pobres y vulnerables en todo el mundo».
Recesión económica y crisis financiera
Según la prensa local, el martes 2 de diciembre, el gobernador Alejandro Garcia Padilla dijo al Senado que la situación financiera de Puerto Rico marca «el comienzo de un proceso muy largo y caótico». El país se ha empantanado en la recesión económica por una década. Más del 45% de la población puertoriqueña vive en la pobreza, según los datos del Census Bureau.