La prerrogativa que ha concedido el papa Francisco, durante el Año Jubilar de la Misericordia, para que los sacerdotes puedan perdonar el pecado del aborto no significa minimizar este crimen, sino hacer entender a quien lo ha cometido la gravedad del mismo. Así lo aseguró este martes el padre Federico Lombardi, en unas declaraciones realizadas en la Sala de Prensa del Vaticano. De esa manera, sale al paso de la manipulación de muchos medios de comunicación, que plantean poco menos que el aborto ha dejado de ser pecado.
(Zenit) El P. Lombardi aseguró que en el texto, el Pontífice es claro, pues le indica a los sacerdotes que «se deben preparar para esta gran tarea» sabiendo conjugar «palabras de genuina acogida con una reflexión que ayude a comprender el pecado cometido».
Además los sacerdotes, prosiguió el portavoz, deberán «indicar un itinerario de conversión verdadera para llegar a acoger el auténtico y generoso perdón del Padre que todo lo renueva con su presencia».
Y precisó que normalmente el perdón del pecado para quienes cometieron o participaron de alguna manera en un aborto, puede ser dispensado solamente por el obispo local o por el sacerdote por él indicado.
Con motivo de este evento, el Papa «decidió conceder a todos los sacerdotes para el Año Jubilar, no obstante cualquier cuestión contraria, la facultad de absolver del pecado del aborto a quienes lo han practicado y arrepentidos de corazón piden por ello perdón».
Lombardi ha señalado además, que el Santo Padre indica en la carta enviada a Mons. Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización, que «uno de los graves problemas de nuestro tiempo es, ciertamente, la modificación de la relación con la vida. Una mentalidad muy generalizada que ya ha provocado una pérdida de la debida sensibilidad personal y social hacia la acogida de una nueva vida. Algunos viven el drama del aborto con una consciencia superficial, casi sin darse cuenta del gravísimo mal que comporta un acto de ese tipo».
Por ello insistió el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el perdón tiene que abrir las puertas a la conversión de las personas que han cometido este pecado.
«El perdón de Dios –escribe el Pontífice en la carta– no se puede negar a todo el que se haya arrepentido, sobre todo cuando con corazón sincero se acerca al Sacramento de la Confesión para obtener la reconciliación con el Padre».
Precisó el portavoz del Vaticano, que esta facultad extendida a los sacerdotes será válida durante el Jubileo de la Misericordia.
El texto escrito por el Papa reconoce las dificultades que viven quienes lo han practicado: «Muchos otros, en cambio, incluso viviendo ese momento como una derrota, consideran no tener otro camino por donde ir. Pienso, de forma especial, en todas las mujeres que han recurrido al aborto. Conozco bien los condicionamientos que las condujeron a esa decisión».
En su carta el Pontífice además demuestra que conoce a fondo el tema: «Sé que es un drama existencial y moral. He encontrado a muchas mujeres que llevaban en su corazón una cicatriz por esa elección sufrida y dolorosa. Lo sucedido es profundamente injusto; sin embargo, sólo el hecho de comprenderlo en su verdad puede consentir no perder la esperanza».