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viernes, 29 de agosto de 2014

Bahía de las Águilas


Por estos días apreciaba con humor, y sobre todo alivio, una caricatura de un periódico local que graficaba perfectamente el momento histórico que se vive con Bahía de las Águilas. En la imagen, aparecían piratas con títulos fraudulentos en sus manos a la entrada de aquel lugar paradisiaco de Pedernales, y un letrero ante ellos: “No pase. Bahía recuperada”.
Luego de un proceso tortuoso, donde muchas veces no se veía la luz al final del túnel, se logró hacer justicia. El de la fiscal Yeni Berenice y de abogados como Laura , y de su madre, la Dra Piky Lora (in memoriam), permitieron que 1,200 títulos obtenidos de manera irregular fueran anulados, y con ello, el retorno de un patrimonio de todas y todos los dominicanos.
No hay que olvidar que este fraude se gestó hace 17 años, es decir, en 1997, un hecho condenable, y aunque se ha revertido el escenario, las preguntas y dudas de cómo se llegó a otorgar títulos ilegales permanecen y deben ser resueltas.
Con la anulación de títulos fraudulentos de terrenos de Bahía de las Águilas ganó el Estado, la ciudadanía y sobre todo, ha surgido una oportunidad para el sur profundo de nuestro país, región olvidada, sumida en la pobreza y que necesita de proyectos que lleven empleo y desarrollo, respetando el medio ambiente y los recursos naturales.
Hay muchos días donde la indignación es abrumadora, por la falta de transparencia, la inmadurez institucional y la voracidad de la corrupción, pero hay jornadas como ésta, donde revive la esperanza de un país justo y mejor para todos, no para unos pocos. Bahía de las Águilas ha vuelto a su lugar, ha regresado a las manos del pueblo dominicano.

por Orlando Jorge Mera orlandojorgemera@yahoo.com