Esta menor, una de las decenas de niñas que fueron secuestradas el pasado 14 de abril en una escuela de Chibok (noreste de Nigeria), ha asegurado que, debido a su virginidad, fue entregada como esposa a uno de los líderes de la secta.
De acuerdo con su testimonio, los secuestradores obligaron a las menores a convertirse al Islam, y les amenazaron con degollarlas si se negaban a tener sexo o no seguían sus instrucciones.
Tras ser secuestradas en el colegio, esta y las otras niñas -decenas de las cuales siguen retenidas- fueron llevadas a un campo de la milicia integrista en el bosque de Sambisa, en el estado norteño de Borno, base espiritual y de operaciones del grupo.
Según colectivos de defensa de los derechos humanos, las menores fueron obligadas a casarse y, en algunos casos, los secuestradores las vendieron como esposas por 2.000 nairas cada una (menos de 10 euros).
Instituciones como la ONU y personalidades como el premio Nobel de Literatura nigeriano Wole Soyinka han pedido la liberación de las niñas, una reivindicación a la que se han sumado campañas por internet y manifestaciones en las calles de varias ciudades del mundo.
Un grupo de madres de las rehenes protestó recientemente frente a la Asamblea Nacional de Nigeria para denunciar la falta de información por parte del Gobierno y exigir que intensifique las labores de rescate.
El número de menores secuestradas en este ataque perpetrado por hombres armados a una escuela local de enseñanza secundaria de Chibok sigue sin estar claro, ya que en los últimos días se han divulgado noticias contradictorias al respecto.
En un primer momento, la Policía nigeriana informó de que habían sido retenidas más de 200 niñas, pero días después el Ejército rebajó la cifra a 129, pese a que los padres de las menores sostienen que fueron raptadas 234 escolares.
También existe confusión sobre el número de niñas liberadas hasta el momento.
Las autoridades sospechan que el secuestro ha sido obra de Boko Haram, nombre que significa en lengua local "la educación no islámica es pecado".
Esta milicia radical lucha por instaurar la ley islámica ("sharia") en el norte de Nigeria, de mayoría musulmana, mientras que el sur del país es predominantemente cristiano.
Desde que la Policía acabó en 2009 con el líder de Boko Haram, Mohamed Yusuf, los radicales mantienen una sangrienta campaña que ha causado más de 3.000 muertos.
Con unos 170 millones de habitantes integrados en más de 200 grupos tribales, Nigeria, el país más poblado de África, sufre múltiples tensiones por sus profundas diferencias políticas, religiosas y territoriales. EFE