(Fides/InfoCatólica) «No se dispara, pero la situación sigue siendo tensa, ya que no está claro lo que hay debajo, y lo que las diversas milicias quieren hacer», dice el prelado después de los intensos combates del domingo 18 de mayo por el control del Parlamento libio, precedidos de duros combates en el este del país.
«Al día siguiente», añade, «parecía que no hubiera pasado nada: los habitantes de Trípoli bajaron al bar, como si nada hubiera pasado. Estoy asombrado de cómo la población es capaz de pasar rápidamente de una situación de guerra a una de paz. Creo que es porque la gente anhela la paz, lo necesita después de todos estos años de incertidumbre».
«Por esto digo: rezad por nosotros, porque la única fuerza es la de la oración que mueve los corazones de la gente», concluye Mons. Martinelli.
«Al día siguiente», añade, «parecía que no hubiera pasado nada: los habitantes de Trípoli bajaron al bar, como si nada hubiera pasado. Estoy asombrado de cómo la población es capaz de pasar rápidamente de una situación de guerra a una de paz. Creo que es porque la gente anhela la paz, lo necesita después de todos estos años de incertidumbre».
«Por esto digo: rezad por nosotros, porque la única fuerza es la de la oración que mueve los corazones de la gente», concluye Mons. Martinelli.