Por algo se dice que cada día es único e irrepetible y de la misma manera debemos vivirlo y acariciarlo, porque todos traen su sorpresa. Esto lo indico, porque en dos días distintos, el 28 de marzo y 2 de abril, fechas en que se llevaron a cabo audiencias del caso que nos ocupa. En la primera, se dio inicio a la lectura de la acusación por parte del Ministerio Público, y en la segunda cuando se dio un reenvío con declaración de abandono.
Hace tiempo que he estado expresando que nuestra profesión se ha cualquierizado, porque ya no resulta una profesión de la que te puedes sentir orgulloso, porque el concepto que se tiene de la misma es tan baja que es lo menos en que puedes pensar. Esto lo pude ratificar en las audiencias a que he hecho alusión.
En la audiencia del 28 de marzo, tan pronto el tribunal había desestimado todos los incidentes de los abogados de los imputados y le ofreció la palabra al Ministerio Público, para que procediera a dar lectura a la acusación, o sea, a decirles de viva voz a los imputados de qué estaban siendo acusados; la mayor parte de éstos crearon un desorden mayúsculo y peligroso, desobedeciendo de forma olímpica al tribunal y a la propia seguridad. Pero lo peor, es que hasta ciertos abogados, incluso uno de la Defensoría Pública, que ha sido una actuación vergonzosa una vez más, buscaban evitar que el fiscal adjunto continuara su lectura. Aquello parecía digno de Macondo.
Ya para la audiencia del 2 de abril próximo pasado, cuando se pretendía dar continuidad a la lectura de nuestra acusación, se presentó la situación de que los abogados de José Arturo Ferreras del Castillo (alias el Moreno), los Licdos. Ramón Ant. Sepúlveda Santana y Rufino Félix Félix, supuestamente no estaban presentes porque tenía audiencia en Santo Domingo, sin embargo, el Licdo. Ramón Ant. Sepúlveda Santana, fue visto en el Palacio de Justicia el mismo día y previo al comienzo de la audiencia, visto por el autor de este artículo y que fue captado por la prensa y de esto consta en video. Lo peor de esto es que una vez finalizada y enviada la audiencia una vez más por la forma desleal y rastrera de estos abogados, el tribunal procedió a dictar abandono en contra de ambos y que dicha decisión fuera notificada al Colegio de Abogados. Lo peor de todo es que luego de salir de audiencias vi a uno de los abogados que “supuestamente” estaba en Sto Dgo, el licdo. Sepúlveda, y fue captado junto a los demás abogados de los otros imputados metido en un vehículo, como si se estuvieran conversando y charlando luego de acometer tal vagabundería y bajeza, y se puede llamar “colegas” a ese tipo de sujetos que transmiten desvergüenza a los abogados y abogadas noveles de hoy. Cuando uno cree que lo visto todo, cada día te enseña y muestra que no es así y que debes estar dispuesto en aprender para saber que la profesión que ejercemos es, por este tipo de situaciones que hemos dicho que se ha “cualquierizado” nuestro oficio.
Es por situaciones como la que he indicado, en una ocasión hace cerca de nueva años escribí un artículo titulado: “A los abogados de ahora”, y hacía referencia a un escrito cuando tenía poco de graduado, en aquella oportunidad, algunas de las cosas que expresé, fueron las siguientes y cito:
“La impresión que tenemos de la profesión de abogados, es muy diferente a la que teníamos cuando apenas éramos un simple estudiante; la forma como se está ejerciendo no es para personas que tengan un concepto serio del orden y la decencia; la misma se ha querido ver como que todo el que forma parte de ella, es un "tigre", y no es para menos”.
“No son una ni dos las veces que hemos sido fastidiado, y hemos sentido el peso de la desilusión por el engaño y la hipocresía, en ocasiones causados por los llamados "compañeros de universidad", pero a la vez hemos visto la otra cara, abogados serios, honestos, sinceros, solidarios y con una gran valía, que con su imagen mantienen viva la esperanza de seguir luchando en este medio tan difícil”.
“A los nuevos abogados que no piensen que tratamos de desalentarlos, sino que se den cuenta de qué han tomado como profesión, un oficio delicado y con mucha responsabilidad y que deben estar dispuestos a luchar en esas condiciones”.
“En los tiempos que se avecinan, el país necesita de abogados que ejerzan de manera responsable, seria, honesta, y disciplinada, ir por encima de toda esa mediocridad y la codicia del dinero”.
Así como lo hicimos hace más de diez años, llamamos nueva vez a los abogados y abogadas que se inician en su profesión, a no permitir que la mediocridad, el afán de lucro y las malas influencias, influyan en su ejercicio.
Que no sigan haciendo de una cultura en nuestro oficio y en abono a la descomposición social que padecemos, actitudes desleales y sin criterio en los casos. Existen por ahí abogados que han dedicado su oficio para la maldad, al arribismo y a involucrar a otros para poder decir que todos estamos en el mismo saco.
Ni esos ni los que los defienden y apadrinan son profesionales del derecho de ejemplo a seguir por las nuevas generaciones. Como estoy consciente que he visto estudiantes que van a ver la causa que nos ocupa, les he indicado a ellos y ahora lo ratificó a todos y todas, que no aprenden del mal accionar de togados y togadas que no tienen dignidad ni vergüenza. Y les dejo con la reflexión de José Ortega y Gasset, cuando afirmó: “todo hombre actúa apegado a una ética”.