En cierta forma, París transformó a Cortázar. Antes de instalarse en esa hermosa ciudad en 1951, la lectura de Jean Cocteau, le influenció, y motivó que se volcara definitivamente en la literatura contemporánea.
Para conmemorar el 30 aniversario de su muerte en esa ciudad que tanto amó, será lanzada en esta semana “La Ruta Julio Cortázar” que complementa a la ya existente “ Ruta Rayuela”.
Ambas incluyen los lugares predilectos del escritor en la ciudad Luz, y ofrecen una visión que conjuga magia, metafísica, y fantasía.
París ha sido cantada, filmada, bailada, pintada, y escrita su belleza por los poetas. Los famosos museos, teatros, galerías y cines, que alberga la eterna ciudad del arte, la literatura y la cultura, son sitios, que por su historia, encanto y atracción perduran incólumes al paso de los siglos, siendo la mejor muestra del valor imperecedero de las creaciones del arte.
El itinerario de la nueva ruta incluye lugares que los parisinos disfrutan al atardecer cuando terminan de trabajar o estudiar. Conforman un estilo de vida peculiar.
Poco amigo de los encasillamientos- Julio Cortázar no solía tener en cuenta los géneros, a la hora de escribir. Todos sus libros reflejan esa gran libertad creadora, que caracteriza al escritor excepcional.
Con “Rayuela” renovó la magia de la ciudad de París, una novela que no nació para ser un libro cualquiera, pues es un libro genial que la gente recuerda como un emblema.