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jueves, 30 de enero de 2014

Reglas sin controles

En estos días el tema del tránsito vehicular en la República Dominicana se ha debatido en distintas áreas. Debates estos que han sido estériles debido a que la sociedad no ha alcanzado una transformación respecto a la forma, diseño, prevención, control y fiscalización de las acciones en el tránsito vehicular en el país.
Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la República Dominicana es el segundo país del mundo con más muertes por accidentes de tránsito. Si analizamos llanamente estas estadísticas, podemos decir a ciencia cierta que las pérdidas tanto humanas como materiales se pueden traducir en un problema de Seguridad Nacional.
Los accidentes de tránsito, en su mayoría, son ocasionados por la infección de la ley o la imprudencia en uno de los baches jurídicos de la ley 241, que sin mucho que añadir sobre esta, es necesaria una nueva legislación que regule y controle las acciones del tránsito.
Falta de controles
El bemol que afecta la debida observancia de la ley de transito es la falta de controles del Estado sobre los infractores, siendo esta la mayor precariedad en el sistema de transito para evitar infracciones, accidentes, pérdidas materiales, y lo peor, la muerte. Un ejemplo sencillo es tomar un dominicano que debido a la falta de controles viola la ley de transito en nuestro país, pero al encontrase ese mismo dominicano en otro país (Estados Unidos, Canadá, Puerto Rico, etc.) es cuidadoso en no violar las reglas debido a que el ojo controlador del Estado si tiene mecanismos para sancionar de manera efectiva las inobservancias a las leyes.
La falta de controles por parte del Estado es visible a diario en materia de transito, rebases sobre la doble línea amarilla, doblar donde no se debe, tomar o dejar pasajeros en lugares señalizados donde no se debe, peatones que no toman el puente peatonal, conductores que obstruccionan la línea de cebra del peatón y conductores que se estacionan indebidamente en el parqueo de embarazadas en los establecimientos comerciales. Como estas infracciones pasan por desapercibidas por la falta de controles muchos incurren en ellas debido a que nada les pasará.
La Solución
Desde nuestro enfoque el problema del tránsito es un problema de voluntad política que se traduce en más de 3 instituciones que velan por el transito que al no estar conjugadas en una no tienen un programa de trabajo permita accionar de forma eficaz.
Es necesario tribunales de transito capaces y eficientes, es necesario un sistema de cobro de multas funcional, es necesario un sistema de licencias de conducir por calificación de puntajes que se reduzcan los puntos por violar las leyes y es necesaria una Policía de Transito técnica y profesionalmente capaz.
Educación
El conducir un vehículo y ser peatón tiene sus reglas y ninguno estamos exentos de no guardarlas, por esta razón desde los centros educativos debemos de iniciar con programas educativos sobre el transito y sus consecuencias.
Un asunto de todos
Todos los dominicanos y dominicanas que día a día transitamos en las calles podemos sufrir por la imprudencia de otros, es por esto, que todos debemos aunar esfuerzos para solucionar este flagelo que diariamente cobra vidas inocentes.
Es prudente crear un sistema integrado donde se haga eficaz el cobro de las contravenciones y sobre todo es asunto de todos reprochar a los infractores.
Autor: Jaime Rodríguez Rincón