"Si hay una tormenta el día de hoy, eso no significa que no habrá un cielo despejado mañana. Si hoy es un día soleado, eso no significa que metafóricamente tiremos nuestros paraguas o dejemos de andar preparados para la siguiente tormenta. Cuando el camino se vuelve difícil, recuerda que es algo temporal. Cuando las cosas vayan de manera calmada, utiliza esto como tu oportunidad para hacer todo el trabajo espiritual que puedas". (Yehuda Berg).
Cada quien para inicio de este nuevo año 2014, que nos recibe tendrá sus metas y objetivos planteados, unos más duros que otros y de menor o mayor dificultad. Lo que hará siempre la diferencia es la actitud que asumas ante las cosas y la constancia que le imprimas. Ese vivo deseo de saber que estás trabajando en algo que lo haces por pasión y de corazón, más que la obligación y la responsabilidad. Si puedes unir todo en esto, perfecto, pero siempre será importante la determinación que poseas.
Encontrarás en el inicio del camino quien desee tumbar toda esperanza y la fe que puedas tener. Hacerte pensar que nada es posible llevarlo a cabo desde lo correcto, Que es más conveniente ceder al chantaje, la corrupción, al temor, la desesperación, al cansancio, a la mediocridad y el abuso de autoridad. Pero en ti, no habrá valor de vida, si siempre te rindes a los obstáculos, nunca podrás saber tu real capacidad de fortalece, e incluso de la clase de fe que posees. Siempre habrá quien te quiera minimizar tu esfuerzo y tus logros alcanzados en buena lid, alegando que lo que tienes en ti, es fruto de muchas cosas, hasta del azar, pero no de tus buenas cualidades.
A veces tenemos esos momentos en que lo único que tenemos como compañía indeseable y que desea ocupar no sólo nuestra mente, sino el corazón, es la desesperación. Por momentos creemos que ya siempre tendremos el mismo panorama desolador, agobiante, lleno de impotencia y de cargas que nosotros mismos nos encargamos de asumir de los demás por responsabilidades que otros no asumen; te llenas de hastío, porque simplemente le das cabida a la lógica y a la razón, dejas que esto sea lo que domine tu mente y ocupe finalmente tu corazón. Se va yendo todo signo de esperanza y por ende debilita finalmente tu máximo sostén, tu fe en el Altísimo. Claro que habrá momentos en que desees tirar la toalla, pero procura que sólo sea luego de secarte el sudor por tu gran esfuerzo y no porque creas que no habrá un mañana o un hasta luego o después mucho mejor y que es fruto de tu perseverancia, esfuerzo mayor y de no haber desistido o cambiado tu fidelidad a Dios.
Claro que la vida no es tan fácil como otros nos la pintan, incluso ahora puedes decir que estoy asumiendo irrealidades, pero sabes que has visto y sentido muchas veces, ese alivio a la carga del Todopoderoso, en señal de que no estás solo y que siempre es posible lo imposible; que todo dependerá que en las buenas y en las malas, siempre estés con El y no renuncies, ni te rindas, ni te olvides en las mieles, que El existe.
Debo dar gracias a Dios que me ha permitido y a mi familia por igual, luchar ante los embates y todos los obstáculos que los imputados del caso que nos ocupa, se les ha ocurrido, pero no ha impedido que estemos aún de pie. Gracias también al decidido apoyo de un gran pueblo. Y a la vez, estar consciente de que no vamos a dejar que crímenes como el que se intentó cometer en contra de nuestra persona, sea repetido y lleve dolor a otra familia dominicana. Estamos conscientes a quién y quienes nos enfrentamos, pero no vamos a ser presa, ni de la desesperación ni del temor.
Siempre habrá quien intente convencerte por cualquier vía, que el camino del respeto, la decencia, el orden, la responsabilidad, la solidaridad y la creencia en la justicia, no sean los rumbos correctos; sin embargo, nada ofrece mayor satisfacción que saber que siempre está del lado de la verdad y que no tienes mayor temor que a Dios, ante los pasos de bien que estés dando. Este pueblo requiere de hombres y mujeres de bien, lleven a cabo sus compromisos con la sociedad en que viven, ya que no pueden pretender pensar que viven aislados a los fenómenos sociales que ésta pueda padecer. Cada quien debe asumir su responsabilidad, con un objetivo común, más que individual. Y pensar, que siempre lo correcto dará mayores frutos al final.
Siempre habrá un mañana ante cualquier tempestad anterior.