(Fides) La Conferencia Episcopal de Haití, subraya que «hoy en día, seguimos creando situaciones de desconfianza y exclusión que paralizan nuestro presente, amenazan nuestro futuro y contribuyen a enajenar nuestras relaciones con Dios, con nosotros mismos, con los demás y con el medio ambiente».
Después mencionan «la interminable lucha fratricida por el poder, la falta de respeto por los demás, por las normas y leyes; la crítica negativa y destructiva; la degradación moral y la pérdida de la moral; la mala gestión administrativa y la corrupción; la polarización política, que causa parálisis; el aumento de la intolerancia hasta llegar al desprecio de los demás; la creciente brecha entre ricos y pobres».
Por último, la Conferencia Episcopal de Haití invita a la esperanza: «La celebración del Emmanuel, que da a las familias la oportunidad de encontrarse, tanto para nosotros los haitianos, hombres y mujeres, hijos e hijas de la misma tierra, la posibilidad de un encuentro fraterno para salir de nuestras noches de miedo, de desconfianza, de exclusión, de confrontación»
Después mencionan «la interminable lucha fratricida por el poder, la falta de respeto por los demás, por las normas y leyes; la crítica negativa y destructiva; la degradación moral y la pérdida de la moral; la mala gestión administrativa y la corrupción; la polarización política, que causa parálisis; el aumento de la intolerancia hasta llegar al desprecio de los demás; la creciente brecha entre ricos y pobres».
Rechazados en los países donde emigran
El mensaje continúa mencionando que «el Niño fue víctima de amenazas y exclusión. María y José huyeron con él a Egipto. Como él, muchas familias haitianas siguen huyendo afrontando el mar, arriesgando sus vidas cruzando la frontera, sufriendo humillación, rechazo, exclusión y la negación de sus derechos fundamentales. En sus viajes al extranjero en busca de una vida mejor se encuentran con el abuso, la degradación, la xenofobia e incluso la muerte».Por último, la Conferencia Episcopal de Haití invita a la esperanza: «La celebración del Emmanuel, que da a las familias la oportunidad de encontrarse, tanto para nosotros los haitianos, hombres y mujeres, hijos e hijas de la misma tierra, la posibilidad de un encuentro fraterno para salir de nuestras noches de miedo, de desconfianza, de exclusión, de confrontación»