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lunes, 4 de noviembre de 2013

El papa quiere acabar con las formas modernas de esclavitud

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 El papa argentino Francisco desea que la Iglesia católica se comprometa en la lucha contra las formas modernas de esclavitud, que afecta a unas 27 millones de personas en todo el mundo, por lo que convocó una conferencia mundial sobre el grave fenómeno para el 2015.
En la reunión, a la que asistirán expertos de todo el mundo, se abordarán temas como el trabajo forzado, la prostitución, el tráfico de órganos, la trata de personas, el tráfico de droga.
Miembros de las academias pontificias y de la Federación Internacional de Asociaciones de Medicina junto con unos 60 observadores han sido encargados de elaborar una serie de propuestas para combatir esas formas de explotación.
“Algunos expertos calculan que en diez años el tráfico de personas superará el tráfico de droga y armas, convirtiéndose en la actividad más lucrativa del mundo”, advirtió el argentino Marcelo Sánchez Sorondo, de la Academia Pontificia de las Ciencias.
La reunión, que durará cuatro días, será presidida por encuentros preparatorios durante todo el 2014.
Sánchez Sorondo recordó que ese tema es considerado como prioritario para el papa Francisco, quien denunció el fenómeno desde que era arzobispo de Buenos Aires, en Argentina.
Francisco reconoció que es “necesario” que la Santa Sede, sus expertos y eclesiásticos, estudien el tema más a fondo.

Trata de personas: la esclavitud moderna

Según el profesor estadounidense Marcelo Suárez Orozco, entrevistado por Radio Vaticano, el tráfico de seres humanos genera ganancias de cerca 30.000 millones de dólares.
Entre las formas de trabajo más odiosas figura la de usar niños y adolescentes como vendedores de droga, los cuales terminan prisioneros de redes criminales, un fenómeno bastante común en América Latina, subrayó Sánchez Sorondo.
En ocasiones, en forma inconsciente, numerosas multinacionales y hasta gobiernos terminan por cooperar con las organizaciones criminales, sostiene el religioso.
El presidente del Fiamc, José María Simon Castelli, pide un “cambio histórico” de actitud de cara a la prostitución: “la línea debe ser de tolerancia cero. La prostitución debe desaparecer”, dijo.
Cada año 2 millones de personas son víctimas de tráfico sexual, entre ellas 60% son chicas, según las cifras que maneja del Vaticano.
“La prostitución y sus conexiones con la trata de personas para explotarlas sexualmente es una plaga que ha sido muy tolerada”, lamentó el religioso.
El tráfico de órganos de seres humanos afecta a unas 20.000 personas a las que con diferentes formas de engaño se les extrae ilegalmente órganos como el hígado, el páncreas, la cornea, el pulmón, según los datos de Naciones Unidas citados por los expertos.
Una primera reunión sobre el tráfico de seres humanos fue celebrada el pasado fin de semana en el Vaticano.
El representante de los médicos católicos considera que temas como la sexualidad, la donacion de órganos y de sangre, deben mantenerse por fuera del “comercio” y del lucro.
“El papa conoce el problema, nos pidió estudiarlo con particular atención”, contó Sánchez Sorondo.
“El otro día durante el desayuno en la casa Santa Marta me dijo que es un tema muy importante para él, que quiere hacer algo especial con el material del estudio”, subrayó.
No se excluye que el papa termine por elaborar un documento oficial sobre ese argumento, lo que representaría un “cambio radical” para la Iglesia.
Entre los fenómenos que serán abordados durante los encuentros preparatorios figura otro tema clave para el pontífice, el de las migraciones, que lo interesa personalmente ya que es hijo de emigrantes italianos.
Desde que fue elegido papa en marzo pasado, Francisco ha denunciado en varias ocasiones el “tráfico de seres humanos como consecuencia de un sistema económico injusto en el que la dignidad de la persona no es respetada”, recordó a la prensa padre Federico Lombardi, portavoz del Vaticano.
El papa desea que la iglesia católica y sus estructuras desarrollen una “mayor conciencia sobre la gravedad del problema” para combatirlo en todo el mundo, tanto en los países desarrollados como en aquellos en desarrollo.
“Estas formas de esclavitud contemporánea constituyen una violación aberrante de la dignidad y de los derechos de las personas”, reconoció Sánchez Sorondo.

AFP