El arzobispo de Santiago, monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, urgió la necesidad de que en la familia y la empresa se implementen el amor y la disciplina para establecer el orden y avanzar en los objetivos de cada una de esas organizaciones sociales.
Dijo monseñor de la Rosa y Carpio que en cualquiera de las manifestaciones que puedan ser aplicados estos conceptos como filosofía de vida y organización empresarial serán efectivos.
“Tener estas dimensiones, son necesarias en todas las instituciones de la vida, y en cada individuo también, si une amor y disciplina, será un triunfador”, afirmó el prelado católico.
Puso de manifiesto que sobre la temática de unir en la vida el amor y la disciplina, la necesidad existente que “tenemos de volver continuamente a ella”.
Indicó el arzobispo de Santiago que el amor es el fuego, el entusiasmo, el amor es la entrega, el amor indica generosidad, indica el regalo, y la disciplina indica el orden.
“En toda institución han de funcionar, han de manejarse esos dos criterios o valores”, dijo, tras señalar que cuando en una familia, por ejemplo, todo es dar y regalar y no hay disciplina, se llega al desorden.
Y consideró monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio que lo mismo se puede encontrar en la escuela, cuando en la escuela sólo hay disciplina, se cae en un extremo, los alumnos, los hijos, las empresas agradecen cuando hay sentido de amor en cualquiera de sus dimensiones.
Y sostuvo que una empresa que cuida de sus empleados, que le presta servicios, que mira a ellos, es una empresa que va avanzar, pero necesita un orden, una organización.
Monseñor de la Rosa y Carpio establece sus conceptos en su artículo Un Momento del Diario55.