Esto lo saben hasta los chinos de Bonao, esta es una realidad tan actual que, el más pro-Haití seguro reconoce. La otra realidad, que tampoco nadie le puede negar, a quienes representan al Estado Dominicano en estos momentos, es que las presentes autoridades están en todo el derecho de regular la estadía ilegal, de cientos de miles de ciudadanos del vecino país.
Muchos alegan, insensatamente, por qué con los haitianos se hace tanta insistencia, y no con los chinos, alemanes o rusos. República dominicana, con el único país que hace frontera es con Haití, la nación más pobre del Hemisferio, y es esta población, la que está invadiendo, pacíficamente, hasta el momento, a nuestro territorio. Considero que poco se ha hecho y se está haciendo frente a esta realidad.
Igualmente, constituye un acto de irresponsabilidad, de parte de países del primer mundo, como Canadá, Estados Unidos, Francia y otras naciones europeas, pretender que sea República Dominicana quien cargue con el peso y los problemas del pueblo haitiano.
Marine Le Pen, presidenta del partido nacionalista francés dice:”La invasión territorial haitiana es organizada y programada para reemplazar a la población dominicana. República Dominicana no tiene la capacidad para asimilarlos a todos. El resultado será un conflicto racial sin precedentes cuando los dominicanos vean su realidad”. Esto lo dice una persona que ve de lejos el problema.
Los haitianos, principalmente los ricos de esta nación y su clase política, no quieren olvidar ni reconocer que del lado oriental de la isla española existe otra República, que hace aproximadamente dos siglos nos hicimos independientes, precisamente de la ocupación haitiana que duro 22 años.
Tampoco agradece, esa elite que manipula a su pueblo, las innúmeras veces que el pueblo dominicano ha ido en ayuda desinteresada y auxilio de las tantas tragedia que ha padecido esa nación, recuerden el terremoto del 2010.
Otra verdad monda y lironda es que no todos somos Haití, Haití significa tierra alta, en nuestros orígenes indígenos, esto no le da razón a que, los haitianos sigan pensando que la isla es una, sola e indivisible, cuando en verdad somos dos naciones con orígenes, lenguas y culturas muy diferentes.
Convencidos pues, de estas verdades, no podemos dar ni un paso atrás, el Estado Dominicano, con mucha firmeza, debe proceder a regular la estadía ilegal, ahora! Para evitar males mayores en un futuro no muy lejano, y si por esto hay “consecuencias” que las haya.
Autor: Ebert Gómez