“La Vega no fuera La Vega si no fuese por Jarabacoa”, así lo sostuvo este domingo el historiador Ingeniero César Arturo Abreu Fernandez.
En su exposición desde Rancho Baiguate, Abreu dijo que fueron los jarabacoenses quienes impulsaron en los veganos el espíritu mercantil y comercial, despertándolos del sueño de la literatura y la poesía en que habían caído y que los llevó a adquirir el nombre de ciudad culta a finales de los años 1800.
El historiador narró que literatos como Federico García Godoy se daban cita en el parque Duarte, donde también se congregaban Juan Bosch, Máximo Gómez y otros.
“Tuvieron que venir los príncipes de Jarabacoa para que despertaran en el vegano la posibilidad que tenían de progresar económicamente”, expresó Abreu.
Sobre la historia del pueblo de Jarabacoa, Abreu explicó la etimología de ese nombre: “Jaraba” quiere decir “agua” o “lugar de las aguas”, mientras, “coa” es el instrumento para ollar la tierra y también significa ”cúspide” y “fuente”.
La descripción más completa del nombre de Jarabacoa que hace el historiador es “Fuente de todas las aguas”, que encaja con la naturaleza de ese pueblo.
Abreu explicó que Jarabacoa se formó luego de que un señor llamado Francisco Suriel le vendiera a la Iglesia 200 pesos de tierra, cuya extensión abarcaba desde la Cañada de los Gatos hasta la Cañada de Yerba Buena. En esos espacios se contruyó una ermita y a partir de allí comenzaron a agruparse pobladores, formando lo que hoy es Jarabacoa.
Con la invasión de Jean-Jacques Dessalines en 1805, muchas familias como Batista, Piña y otras se refugiaron en Jarabacoa, creciendo de esa forma su población.
No fue sino hasta el 27 de septiembre de 1858 cuando Jarabacoa alcanzó categoría de municipio, mediante el decreto 567 del presidente Pedro Santana.
En su exposición desde Rancho Baiguate, Abreu dijo que fueron los jarabacoenses quienes impulsaron en los veganos el espíritu mercantil y comercial, despertándolos del sueño de la literatura y la poesía en que habían caído y que los llevó a adquirir el nombre de ciudad culta a finales de los años 1800.
El historiador narró que literatos como Federico García Godoy se daban cita en el parque Duarte, donde también se congregaban Juan Bosch, Máximo Gómez y otros.
“Tuvieron que venir los príncipes de Jarabacoa para que despertaran en el vegano la posibilidad que tenían de progresar económicamente”, expresó Abreu.
Sobre la historia del pueblo de Jarabacoa, Abreu explicó la etimología de ese nombre: “Jaraba” quiere decir “agua” o “lugar de las aguas”, mientras, “coa” es el instrumento para ollar la tierra y también significa ”cúspide” y “fuente”.
La descripción más completa del nombre de Jarabacoa que hace el historiador es “Fuente de todas las aguas”, que encaja con la naturaleza de ese pueblo.
Abreu explicó que Jarabacoa se formó luego de que un señor llamado Francisco Suriel le vendiera a la Iglesia 200 pesos de tierra, cuya extensión abarcaba desde la Cañada de los Gatos hasta la Cañada de Yerba Buena. En esos espacios se contruyó una ermita y a partir de allí comenzaron a agruparse pobladores, formando lo que hoy es Jarabacoa.
Con la invasión de Jean-Jacques Dessalines en 1805, muchas familias como Batista, Piña y otras se refugiaron en Jarabacoa, creciendo de esa forma su población.
No fue sino hasta el 27 de septiembre de 1858 cuando Jarabacoa alcanzó categoría de municipio, mediante el decreto 567 del presidente Pedro Santana.