Son muchas las veces que he tenido que escuchar de personas que se han preocupado por el proceso penal del caso que nos ocupa, que si todo lo que se ha pasado en estos años y con diecisiete envíos entre Audiencia Preliminar y el Fondo es siendo yo abogado, que no sería para el ciudadano o ciudadana que no lo fuera. Asimismo intenta ofrecernos el ánimo de siempre y como queriéndome decir que no desista y no me rinda y esto lo agradezco grandemente desde el fondo de mi corazón.
A los que me han manifestado su preocupación, les recuerdo que el caso que nos ocupa tenemos de frente a personas que han estado ligados al crimen organizado de una forma o de otra. Que por ende, conocen de las debilidades que posee la actual normativa y como han estado en otros procesos, ya saben y conocen como intentar alagar el proceso. Asimismo estamos frente a imputados que no tienen el mínimo respeto por las leyes y el debido proceso, a pesar de que tienen de frente a una víctima y un ministerio público que si lo hace, ante esto, ellos están dispuestos a lo que sea y no es de extrañarnos porque el objetivo de ellos es eternizar el proceso y jugar al cansancio y la desesperanza. En esto estoy más que claro, porque así como pudieron planificar mi muerte y crear luego las condiciones para confundir a la opinión pública en cuanto al motivo del hecho y aparecieron quienes le hicieran el juego por dinero, qué no harán en juicio de fondo para evitar ser juzgados, lo que haría todo cobarde con dinero y sin escrúpulos, cuanto sea.
El hecho de ser abogado; fuera de uno reconocer que algunos y algunas la han convertido en una profesión para legalizar el hurto, la estafa, la desvergüenza, la irresponsabilidad, y para hacer cumplir las apetencias personales más exageradas; fuera de que ha servido para la capacidad que puedan tener algunos la utilicen para la maldad y utilizar lo legal para cometer hechos inmorales y anti éticos; me ha servido mi profesión en este proceso y el ser un abogado litigante, para tener la sabiduría que el Todopoderoso me brinda para saber cómo enfrentar todas la burlas que intentan los imputados y quienes les hacen el juego para evitar conocer el fondo del proceso.
Porque como siempre he dicho, existen trabajos que un abogado puede realizar y decir que son legales, pero no éticos, que sería lo deseable, lo que pasa es que para algunos y algunas, la desesperación económica y lo que tienen en su corazón sólo los mueve el afán del dinero y que han visto en la profesión del derecho, una “oportunidad” para dar un palo, aunque la moral y la ética no estén presentes. Mientras exista la bajeza humana, este tipo de imputados, siempre encontrarán quienes quieran hacerle cualquier tipo de “trabajo” y los que no estamos en la misma sintonía debemos estar claros en que preferimos andar tranquilos con nuestra conciencia y morir defiendo lo que creemos.
El hecho de tener la condición de abogado, es quizás una de las tantas razones por las que el Altísimo deseo que me inclinara por esta profesión, y me preparó como litigante a la vez, para enfrentar esto que desde el 2010, junto a mi familia, estamos dispuestos a llevar como un compromiso a favor de los hombres y mujeres de valor y que son lo mejor de este querido y amado pueblo; que estamos dispuestos a no dejarnos amedrentar ni a tomar el camino de la desesperación.
El hecho de tener la condición de abogado, me ha ayudado para tener la solidaridad individual de cada colega que se ha visto en mi situación y que ha llevado y lleva su ejercicio acorde a los principios éticos y morales; me ha ayudado para no perder la fe y seguir creyendo en la justicia y que el tipo de proceder y el correcto no es utilizar el camino de la venganza, el odio, la retaliación o del ojo por ojo y diente por diente; en definitiva no hacer uso de los mismos mecanismos que utilizaron en contra de mi familia y de mi; me ha ayudado para darme cuenta que son los más aquellos que mantienen todas sus fuerzas a favor de que se brinde una sanción ejemplar y correcta para este tipo de imputados del crimen organizado que han visto en el sicariato una manera de enriquecerse y de sembrar el terror.
Con Dios delante seguiré caminando junto a lo mejor de los hombres y mujeres, de la toga y el birrete, y de todos y todas aquellas que han dado su apoyo incondicional en estos tres años para continuar enfrentado a quienes sólo buscan rehuir a la justicia y no respetarla y a quienes se debe enfrentar sin temor, convencido de que más temprano que tarde, tendrán que pararse de frente al Cristo y rendir cuentas de todo cuanto han hecho.
Espero que este próximo viernes veintiocho, ante el Primer Colegiado de esta ciudad, pueda ver, al igual que lo mejor del pueblo dominicano, el inicio del fondo de este proceso, en lo que se ha exigido justicia y no venganza.