La Procuraduría General de la República acusó formalmente de lavado de dinero y
defraudación fiscal al exgobernador del estado sureño de Tabasco, en un caso de
presunta corrupción que ha provocado indignación en México.
La dependencia informó en un comunicado tras imputar los cargos, que un juez
en Tabasco concedió dos órdenes de arresto contra el ex gobernador Andrés
Granier.
El político, del gobernante Partido Revolucionario Institucional, está
hospitalizado en la ciudad de México y se encontraba bajo detención
preventiva.
De acuerdo a las leyes, un acusado debe ser presentado ante el juzgado de la
causa, aunque debido a que Granier se encuentra internado en un hospital privado
de la capital mexicana, la Procuraduría señaló que el juez tendrá que resolver
el lugar en el que el ex gobernador deberá permanecer.
Las acusaciones tienen que ver con un desfalco por casi 2.000 millones de
pesos (unos 156 millones de dólares) de recursos federales por parte del
gobierno de Granier, quien ha rechazado haber incurrido en ilegalidades.
El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto ha dicho que castigará
cualquier acto de corrupción, sin importar el partido político al que
pertenezca, incluido al que pertenece.
La investigación federal es paralela a otra indagatoria estatal también por
presunta malversación de recursos locales durante la administración de Granier,
de 2007 a 2012.
En mayo, la Procuraduría de Tabasco incautó cajas de cartón con 88,5 millones
de pesos (unos siete millones de dólares) en efectivo en un inmueble
presuntamente ligado al ex secretario de Finanzas de Granier.
Por la investigación federal ya habían sido detenidos dos ex funcionarios de
Granier por la presunta malversación de fondos que el gobierno federal entregó
al estado para diversos programas y que no fueron aplicados. Entre los detenidos
está el ex secretario de Finanzas, José Manuel Saiz.
Granier fue blanco de críticas en las últimas semanas cuando la prensa
divulgó un audio en el que se le escuchaba presumir que poseía cientos de trajes
y zapatos, además de miles de camisas.
El exgobernador reconoció que era su voz, pero que lo había dicho para
alardear en un momento en que estaba “pasado de copas” y que en realidad no
tenía tal cantidad de cosas.