El 30 de mayo de 1961, en horas de la noche, el déspota y tirano dominicano, fue asesinado, por antiguos amigos, que luego se convirtieron en sus verdugos, que apagaron la vida a tiros del cruente dictador en aquella noche negra.
Casi todos los conjurados murieron en los días subsiguientes.
Sus raíces familiares explican su proceder macabro, insensible, egoísta, envidioso, con personalidad antisocial y lleno de resentimientos.
Era al mismo tiempo Inteligente, astuto y estratega. Sabía lo que quería, y lo logró; y una vez logrado su objetivo, humilló a todo aquel que intentara hacerle sombra.
Balaguer, en el libro: “La palabra encadenada”, aduce: Trujillo fue, en el fondo un resentido que humilló a todo el mundo para vengarse de los desprecios que recibió cuando luchaba por ascender, siendo militar, solicito ser socio del club principal del Seibo, al igual que un club de la capital, siendo rechazado. Cuando se vio convertido en el primer ciudadano de la República, reaccionó ásperamente contra aquellas humillaciones y se propuse vengarse de cada una de ellas en lo más noble y selecto de la familia dominicana” (pág. 279-280).
Rafael Leonidas Trujillo Molina, nace en San Cristóbal, el 24 de octubre de 1891. Fueron sus padres José Trujillo Valdez (don Pepe), y Altagracia Julia Molina Chevalier (Mamá Julia). Por el lado paterno Trujillo desciende de raza española, y por el lado materno, desciende de raza haitiana. Trujillo es el tercero de once hermanos. El niño Rafael Leonidas, creció en un hogar disfuncional, aglutinada y extensa. Al casarse su padre con su madre, vivieron en la casa de la abuela materna Ercilio Chevalier, quien alfabetizó a Trujillo a la edad de cinco años.
El padre de Trujillo careció de afecto, pues su abuelo, José Trujillo Monagas (español), era militar, y se marchó al año siguiente del nacimiento de su hijo a Cuba (1865), luego a España, y allí murió. Don Pepe, como se llamaba al padre del dictador, era mujeriego, macho dominante, irresponsable, y de una referencia social negativa, tuvo hijos en la calle, fue apresado por negocios ilícitos, negociaba con cosas ajenas (vacas, caballos, mulos, tierras, maderas, casas, etc.) que vendía y canjeaba como suyas, por esta conducta delictiva, estuvo preso varias veces. Mientras tanto, el Dr. Balaguer define a la madre del Generalísimo como una mujer verdaderamente sublime, todo lo sufre, y todo lo soporta con ecuánime mansedumbre…” (o.c. p. 17).
A los 19 años, Trujillo ocupa el puesto de auxiliar de la oficina telegrafista de San Cristóbal. El estilo de vida del joven Trujillo fue de alto riesgo. Producto de su intrepidez y conductas riesgosas, estuvo implicado en robo junto a sus hermanos; y fue procesado varias veces, en particular por la alteración de un pagaré a cheque. También fue acusado por la sustracción de dinero de la oficina postal de Santo Domingo, donde trabajaba, y fue cancelado. Como dice el refrán: “de tal palo, tal astilla”. Su padre se dedicaba a lo mismo, y Trujillo en componenda con algunos de sus hermanos, repetirá las acciones delictivas de su padre don Pepe.
El cuadro psicológico de Trujillo presenta trastornos emocionales, exhibía una personalidad bifurcada, y un psiquiatra español lo había diagnosticado como un enfermo psicótico-esquizofrénico (Bernardo Vega, Kennedy y los Trujillo, p. 32).
Es posible que nosotros hayamos sufrido algún tipo de trauma en alguna de las etapas de nuestra vida. Pero si nuestros padres nos inculcaron valores humanos, cristianos, y equilibro emocional, podemos orientarlo correctamente; en este caso, en Trujillo fueron mal interpretados, defectuosamente canalizados, produciendo severo daño psicológicos, conductuales y sociales.
Según José Miguel Gómez, en su libro: “Trujillo, visto por un Psiquiatra”. Dice, Rafael Leonidas, como todo ser humano, es una unidad biopsico-sociocultural; o sea, estaba hecho de carne, huesos, y debilidades, y en última instancia, las debilidades son las que determinan o explican algunos comportamientos que se producen durante el desarrollo de la personalidad.
Trujillo cayó en la trampa de sus propias garras. Las trampas son conflictos internos que limitan y desajustan, llevándolas a ser personas disfuncionales, angustiados, temerosos, inseguros, depresivos, violentos e intolerantes, vulnerables y miserables de su propia existencia.
La noche de su muerte, camino a su ciudad natal, iba solo con su chofer, el vehículo del jefe fue interceptado, y una lluvia de proyectiles se abalanzó sobre el auto e impactaron mortalmente sobre el cuerpo de Trujillo. A pesar de que el chofer Zacarías le advirtió que eran muchos, y que era mejor devolverse, el tirano externó: “párate a pelear”, en sus adentros, pensaba que huir puede interpretarse como un acto de cobardía. A las 10:10 p.m. el corazón de Trujillo ha cesado de latir.
Felipe de Js. Colón.