Una Europa golpeada por el desempleo se manifestaba este miércoles en el Día de
los Trabajadores contra las políticas de austeridad, al tiempo que Asia
denunciaba las condiciones laborales y el papa Francisco reclamaba a los
políticos generar empleo respetando "las reglas de la justicia social". Tanto
en Grecia como en España, los dos países del sur del continente donde el paro
bate todos los récords, afectando a más del 27% de la población activa, miles de
personas se manifestaron convocados por los sindicatos.
"6.200.000 parados, no a la austeridad", "+democracia, -austeridad", "esta
austeridad arruina y mata", se podía leer en algunas de las pancartas que
portaban los participantes en la marcha organizada en Madrid, una de las 82
convocadas por los sindicatos en toda España para "poner en evidencia el fracaso
total de las políticas de austeridad".
"Soy un afortunado porque tengo trabajo, pero la velocidad con la que se está
destruyendo el empleo en España es tan grande que creo que dentro de poco me
tocará a mí", dijo a la AFP José Antonio Sebastián, un ingeniero de 50 años.
"La inseguridad prevalece entre los jóvenes. No hay nada que anime a seguir
estudiando", dijo en Atenas Yorgos Tavoularis, un estudiante griego de 21
años.
Unas 13.000 personas, según la policía, se manifestaron en Atenas y
Salónica, en un momento en que el país está sometido a drásticos recortes en
salarios y pensiones, y sufre su sexto año consecutivo de recesión.
Los barcos se quedaron amarrados en este 1º de Mayo con lo que no hubo ningún
enlace con las islas, debido a una huelga convocada por los sindicatos
marítimos, que tradicionalmente suelen parar en esta festividad del trabajo.
Unas horas antes, unos manifestantes se habían enfrentado a la policía en
Estambul al grito de "muerte al fascismo", "larga vida al 1º de Mayo", después
que las autoridades prohibieran las manifestaciones en la plaza Taksim, lugar
emblemático de la ciudad turca, debido a sus obras de renovación.
Un dispositivo de 22.000 policías fue movilizado para cerrar el paso a los
miles de manifestantes, que intentaron acceder a la gran plaza por calles
adyacentes. Una decena de personas resultaron heridas y otras veinte fueron
detenidas en estos incidentes.
Asia había iniciado estas manifestaciones del 1º de Mayo, que también
sirvieron para recordar a los que desempeñan su labor en situaciones muy
difíciles, como en Bangladesh, donde los obreros textiles trabajan en
condiciones miserables para las firmas occidentales.
Decenas de miles de trabajadores se manifestaron en Dacca para denunciar la
muerte de más de 400 trabajadores en el incendio de talleres textiles, mientras
que en otros países asiáticos reclamaron aumentos de salarios y mejores
condiciones laborales.
En las grandes capitales europeas, los manifestantes se movilizaron contra la
austeridad y el desempleo, ya que el aumento del paro ha alcanzado un nivel
récord en la zona euro del 12,1% en marzo y alimenta el cada vez mayor rechazo a
las políticas de ahorro, en particular en los países del sur del continente, los
más afectados.
En el Vaticano, antes miles de fieles que asistían a la audiencia semanal, el
papa Francisco exhortó a los políticos "a hacer todo lo posible para reactivar
el mercado laboral" y denunció el desempleo como la consecuencia de un
pensamiento económico que omite "las reglas de la justicia social".
Los primeros manifestantes se reunían en ese mismo momento en Italia, como en
la ciudad medieval de Perugia, en el centro del país, situada en una de las
regiones más afectadas por el paro y donde varios miles de personas tomaron las
calles.
En Polonia también se manifestaron varios miles de personas, mientras que en
Portugal, uno de los países que ha recibido ayuda financiera internacional
condicionada a un plan de austeridad, los dos principales sindicatos convocaron
manifestaciones separadas para la tarde en Lisboa.
En Francia, donde aumenta la impaciencia frente al aumento del desempleo un
año después de la llegada al poder de un gobierno de izquierdas, las dos
principales centrales sindicales, la CGT y la CFDT, que no están de acuerdo
sobre la respuesta a dar a la crisis, también tenían previsto marchar de forma
separada.