Francisco es el primer Papa que proviene de la Compañía de Jesús (Jesuitas), orden religiosa masculina perteneciente a la Iglesia Católica Romana de profundas raíces vascas, con vocación misionera, pedagógica, cultural y científica.
Frente a la cantidad de información que circuló, para este análisis propongo dejar a un lado las cuestiones de fe y profundizar las condiciones que hacen posible la influencia mundial de una congregación como la jesuita. Puede servir de enseñanza para el liderazgo organizacional, especialmente el político.
El desarrollo del poder jesuita se basó en:
Formación intelectual: ideológica y práctica
San Ignacio de Loyola, el fundador de la orden, quiso que sus miembros estuviesen siempre preparados para ser enviados con la mayor celeridad, allí donde fueran requeridos por la misión dela Iglesia.Laformación comienza con un noviciado que dura dos años. Continúa con un proceso de desarrollo intelectual que incluye estudios de Humanidades, Filosofía y Teología.
Los jesuitas realizan dos o tres años de docencia o prácticas apostólicas en colegios o en otros ámbitos (trabajo parroquial, social, medios de comunicación, etc.). El estudio a fondo de idiomas, disciplinas sagradas y profanas, antes o después de su ordenación sacerdotal, ha hecho de sus miembros, durante casi cinco siglos, los líderes intelectuales del catolicismo.
Valores para promover a los mejores
a) Autoconocimiento:
Cada persona que se une a la organización debe atravesar un mes de retiro donde la única tarea consiste en someterse a una intensa reflexión espiritual sobre las propias fortalezas y debilidades en relación con la misión del movimiento.
Además, los jesuitas practican una herramienta muy valiosa: el examen. Todos los días al levantarse hacen memoria de sus objetivos clave, y dos veces al día hacen un breve examen mental pidiéndose cuentas con respecto al asunto en particular que han escogido para la corrección y mejora diaria.
b) Innovación y adaptabilidad:
Se busca siempre explorar nuevas posibilidades e ideas, aprender de las otras culturas y, al mismo tiempo, adaptarse a las circunstancias de un mundo cambiante.
El jesuita Roberto de Nobili aplicó esta enseñanza a la perfección, cuando emprendió un viaje de evangelización a la India, en donde para transmitir más eficazmente su mensaje, se adaptó a su entorno vistiéndose con las tradicionales ropas hindúes y hasta se hizo vegetariano.
c) Heroísmo:
Para los jesuitas, el héroe es aquel que despierta en uno mismo, y en los demás, grandes deseos y una pasión por la mejora continua. Es quien no espera el momento adecuado sino que se lanza a captar la oportunidad que esté a su alcance y extrae de ella el mayor provecho posible.
El gran atractivo del fundador de la orden estaba en su habilidad para ayudar a los demás a hacerse líderes y esta capacidad esencial se ha mantenido vigente entre sus miembros.
d) Amor:
Ignacio de Loyola decía que el amor debe manifestarse en los hechos, no en las palabras. El amor se manifiesta en una actitud positiva hacia los otros, una actitud que sirva para desarrollar todo su potencial. Se materializa en la confianza, en la colaboración, en la lealtad, en la voluntad de ver triunfar al otro y en el respeto a su libertad e iniciativa.
Despliegue territorial
a) Movilidad permanente:
A diferencia de otras órdenes religiosas que hacían voto de estabilidad y permanecían en un monasterio, los jesuitas se comprometían a moverse de un lugar a otro. La filosofía de la nueva orden era: “todo el mundo es nuestro hogar”.
b) Innovación en la manera de orar:
Los religiosos en sus monasterios dedicaban muchas horas del día a la oración. En cambio, el fundador estableció que los jesuitas sólo dedicaran 15 minutos a esa actividad. Que el tiempo se invirtiera en el trabajo con la gente que se quería ayudar y que en éste se hiciera oración.
c) Persistencia y expansión:
A pesar de las diversas expulsiones y supresiones sufridas a lo largo de la historia, los sobrevivientes, fieles a sus valores, lograron hacerse más fuertes ante las adversidades, reagruparse y resurgir.
La compañía de Jesús se inicia con sólo diez hombres, que tenían como único propósito ayudar a los demás. Hoy en día, es la mayor orden religiosa masculina católica con 17.637 miembros distribuidos por el mundo. Además, poseen 231 Universidades, 462 Secundarias, 187 Primarias y 70 Técnicas, distribuidas en 69 países.
A mi modo de ver, los jesuitas les dieron herramientas a sus aprendices para que triunfaran, formándolos como líderes que reconocieran al poder como un factor ineludible de la sociedad. Es así, que su capacidad de generar acción y de influir en los círculos de poder es tan amplia que su actividad se extiende a los campos educativo, social, literario, cinematográfico, intelectual, misionero y de medios de comunicación católicos. Como coronación de este exitoso modelo de liderazgo, que sería interesante -salvando las distancias- replicar en otros tipos de organizaciones, asume Francisco, el primer Papa jesuita.
Por Facundo Chidini.