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jueves, 31 de enero de 2013

Roban en Argentina una custodia con el Santísimo y el sagrario incrustado


 El P. Julio Quiroga del Pino, vicario general de la diócesis de Catamarca (Argentina), ha informado del robo de una custodia que permanecía con el Santísimo Sacramento expuesto y el sagrario de la capilla de adoración perpetua que funciona en la iglesia del Buen Pastor, de la capital provincial. Según las primeras investigaciones, los ladrones habrían dormido a quien permanecía en vigilia de oración. El obispado hizo un «urgente llamado a la oración» para que se devuelvan las hostias consagradas profanadas del templo.

(Aica) Adriana Romero, encargada de comunicaciones del obispado, relató a AICA que el siniestro ocurrió anoche cuando un grupo de personas ingresaron al templo con el fin de acercar un paquete a quien en ese momento estaba en vigilia de oración.
«Llegaron de parte de un sacerdote para acercarle algo al señor que allí estaba. Al parecer lo durmieron, y luego de eso, sacaron de cuajo el sagrario y se robaron la custodia», relató Romero a esta agencia.
Sobre los móviles del hecho, por ahora se maneja la hipótesis de que se trataba de gente «que ignora el sentido de lo sagrado y se debe haber inclinado por el valor material del objeto». La custodia que resguardaba a Jesús Sacramentado tenía incrustaciones de piedras y una pequeña imagen de la Virgen del Valle en la parte superior. No obstante, tanto en la custodia como en el sagrario se encontraban hostias consagradas.
Ante el robo sacrílego, el obispado hizo «urgente llamado a la oración» y emitió un comunicado, que se reproduce a continuación:
«El obispo diocesano, monseñor Luis Urbanč, hace un urgente llamado a toda la diócesis de Catamarca a ponerse en estado de oración por el sacrilegio sufrido ante el robo de la Custodia y Sagrario destinado a la adoración permanente con el Santísimo Cuerpo Eucarístico de Nuestro Señor Jesucristo.
Por sacrilegio se entiende la profanación o trato injurioso de un objeto sagrado. Robo y profanación de la Eucaristía. Es por ello que, con pena y dolor, comunicamos esta acción, uniéndonos a la intención del señor obispo, con la esperanza de que las Hostias Consagradas sean devueltas sobre el altar de algún templo o en manos de una persona responsable.
Próximamente comunicaremos otras manifestaciones públicas de reparación y desagravio».+