Con una asistencia que sobrepasó las cuatro mil personas, se celebró la edición XX de la Cena Conferencia Pan y Vino, en el multiuso de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra.
Esta vez nos dictó la conferencia magistral Mons. Diómedes Espinal de León, obispo de la diócesis de Mao- Montecristi, el tema de su ponencia se titulaba así: “LA FRATERNIDAD EN LA FAMILIA Y LA SOCIEDAD”.
Las palabras de bienvenida estuvieron a cargo de Mons. Ramón Benito de la Rosa y Carpio, arzobispo de esta iglesia local de Santiago. Los seminaristas que cursan el filosofado entonaron cantos apropiados que animaron a los asistentes, y el brindis lo realizaron los seminaristas del pre-filosofado.
La conducción de la noche la dirigió magníficamente Mons. Vinicio Disla Almánzar, con el auxilio efectivo del Lic. Virgilio Apolinar Ramos, director del semanario católico camino. Hubo rifas después del brindis. Fue muy emotivo cuando al compas de la canción Brindemos, todos chocaban las copas, como un gesto de fraternidad y amistad.
Citamos algunos elementos presentado por el disertante de la noche:
1. La sociedad es el espejo de la familia. Si hay un problema social, hemos de mirar a la familia. Uno de los factores del crecimiento de la delincuencia es la desintegración de la familia. Los niños crecen sin el calor afectivo de sus padres, bien porque sus padres tristemente están separados, bien porque aún no estando separados, los padres descuidan la educación en valores a sus hijos. No basta con darle cosas materiales como: computadoras, celulares, ropas de marcas, carros, viajes, juguetes, etc., sino que lo más importante en esa etapa de la niñez es el cariño y sembrar los valores a sus retoños.
2. Dijo además que el trabajo genera riqueza y bienestar, pero no se debe gastar el dinero en cosas superfluas. invitó a trabajar con honestidad, pues los padres son el espejo de sus hijos. Si los padres se dedican al trabajo fácil, como es el tráfico de drogas, a corromperse desde un puesto público, o a tener más de una mujer, los hijos copiaran a sus padres.
3. En cuanto a las modas, aseveró que no todas pueden usarse. Y ciertamente tiene razón el mitrado, pues las modas extravagantes incitan a los inmaduros, pero es una falta de pudor del que se exhibe, mostrando ángulos físicos de su cuerpo, sobre todo las mujeres.
4. Citó al papa Benedicto XVI, cuando habló ante la V conferencia Episcopal latinoamericana, celebrada en Aparecida, Brasil, en el año de 2007: “La familia es patrimonio de la humanidad, constituye uno de los tesoros más ricos de los pueblos latinoamericanos y caribeños”. Como patrimonio, estamos en el deber de proteger la familia, cada uno poniendo de su parte, podremos luchar para que el mal no continúe lacerando el cofre hermoso de la familia. Promovamos el valor de la verdad, de la honestidad, del diálogo, del compartir. Convirtamos a la familia en una verdadera escuela de fe, palestra de valores humanos y cívicos, hogar en el que la vida humana nace y se acoge generosa, y responsablemente. No olvidemos que Dios ama a nuestras familias, no obstante tantos conflictos y divisiones en nuestra historia familiar. La oración en familia nos ayuda a superar muchos problemas, a sanar las heridas que nos hemos provocado y abre caminos de esperanza (Aparecida, cf. 114, 119, 302, 432).
Felipe de Jesús Colón Padilla.