Los ataques cerebrales representan la cuarta causa de muerte y la causa principal de discapacidad a largo plazo en los Estados Unidos. Cada 40 segundos alguien sufre un ataque cerebral, mientras que cada cuatro minutos alguien muere a causa del mismo.
El Dr. Jose Merino, neurólogo de los Institutos Nacionales de la Salud, explica en qué consiste esta condición, “Al stroke, se le conoce como una enfermedad vascular cerebral, es una enfermedad debido a alteraciones del flujo de la sangre en el cerebro. Existen dos tipos: Ya sea que un coágulo bloquee el flujo de la sangre al cerebro, lo que llaman infarto o embolia, o que un vaso sanguíneo esté debilitado y se rompa, causando un sangrado interno en el cerebro, conocido como la hemorragia o derrame. Es más común el infarto que la hemorragia”.
Los estadísticas son alarmantes, pero más aún lo son las experiencias para contar de aquellos que logran sobrevivir a un ataque cerebral. De acuerdo con el especialista, el nivel de consecuencias de un stroke varía de acuerdo con el área del cerebro que resulte afectado. Existen personas a quienes se le afecta el centro del habla, por lo que no entienden lo que se le dice, no pueden hablar, y no se pueden comunicar. Asimismo, puede causar parálisis, por lo que la víctima no puede caminar, tiene que estar en cama o usar un andador o silla de ruedas. De igual forma, puede producir problemas visuales, las personas no pueden ver, no pueden manejar, y tienen que limitar sus actividades. También puede tener efectos cognitivos importantes desembocando en condiciones tan serias e irreversibles como la demencia.
“Pasó en el 2003. Me estaba bañando y al salir de la ducha… de pronto mientras me secaba con la toalla, siento que no podía mover la pierna izquierda y me caí al suelo. Al caer me doy cuenta que todo mi lado izquierdo estaba paralizado… Fue lo más horroroso, un miedo imposible…”, así narra su experiencia Dorita DeLemus Down, de 84 años y víctima de un ataque cerebral, quien a raíz de lo ocurrido actualmente ofrece charlas y trabaja con otros pacientes para prevenir la enfermedad a través de la fundación Circle of Rights.
Esta es también la experiencia de otros miles de hispanos, quienes junto con la comunidad afroamericana y envejeciente del país, se encuentran entre las poblaciones más propensas a sufrir de la condición. De hecho, algunas investigaciones han demostrado que los hispanos sufren más ataques cerebrales dado que tienen una incidencia aun más alta de ciertos factores de riesgo, como la presión arterial alta y la diabetes.
Sobre estos factores que pudieran provocar un ataque o derrame, el Dr. Merino, comenta, “La presión alta, la diabetes y el colesterol alto, son condiciones que pueden llevar a un ataque cerebral. La presión arterial alta es el factor de riesgo más importante”.
Pero no sólo a aquellos que sufren de estas condiciones pueden padecer de la enfermedad, también personas que no tienden a ejercitarse lo suficientes o comer saludablemente corren el mismo riesgo, “Existen también los factores modificables, entre los que se encuentran el tabaquismo, y una vida demasiado sedentaria. Tendemos a comer mucha comida frita, antojitos, entonces también es importante seguir una dieta saludable”.
Sobre su experiencia personal, Dorita comenta, “Me tomó casi un año recuperarme. Lo hice sola con mi médico que me ayudó… Él me dijo que tenía que hacer ejercicios. El ejercicio es mover el cuerpo activamente, dedicar un tiempo en específico a estar activa…. Como no me gusta caminar sola, él me recomendó que me buscara un perro. Entonces me conseguí una perrita, que me acompañaba a todas partes… Ahora camino todos los días. Y lo hago por lo menos unos 60 minutos cada 24 horas. La comida saludable también es importante.”
Reconocer los síntomas antes, durante y después de un ataque cerebral es fundamental y puede ser crucial a la hora de salvar vidas. El Dr. Merino, explica, “Los síntomas son dificultad repentina, todo de inicio súbito, para hablar o entender lo que otros le dicen, debilidad o parálisis de una parte del cuerpo, puede ser cara piernas o brazos, problemas para caminar o pérdida del equilibrio y la vista, por uno o los dos ojos. En algunas casos, se presenta además, dolor de cabeza severo y poco usual para la persona”.
Es sumamente crucial que si alguno de estos síntomas se presentan, se busque ayuda profesional inmediata. “Existen tratamientos para tratar de romper el coágulo que está bloqueado el flujo de sangre, este tratamiento debe aplicarse durante las primeras cuatro horas y media, y entre más pronto mejor. Por eso es importante enfatizar que las personas llamen al 911 tan pronto comiencen a experimentar los primeros síntomas”, asegura el especialista.
Para prevenir, es importante detectar las enfermedades que nos ponen en riesgo, seguir tratamiento para ellas, y llevar una vida más activa. El doctor aconseja, “Identifica si tienes cualquiera de los factores de riesgo, y dale seguimiento con tu médico. La clave es hacer cambios en el estilo de vida, y buscar realizar actividad física todos los días. No tienes que salir a correr cuatro millas, con caminar a un buen paso, 20 o 30 minutos diariamente es suficiente, seguir una dieta alta en frutas, verduras, granos legumbres, baja en carnes, con más pescado, poca grasa, productos lácteos bajos en grasa, y dejar de fumar”.
Por su parte, Dorita aconseja, a aquellos que como ella buscan mantenerse alejados de los ataques cerebrales, “Que mantengan una buena salud, que hagan ejercicio, que se mantengan saludables, si sufren de diabetes que la controlen, si sufren de presión alta que la controlen, si están con sobrepeso es hora de bajar de peso y que mantengan una actitud positiva… También es importante evitar el estrés… Hay una forma de evitar el estrés, y es muy fácil, hay que aprender a decir ‘no’”. Fuente: HuffingtonpoST