Transcurrió la Semana Santa con reporte de más de 25 muertos, solamente por accidentes de tránsito. Y cada año nos encontramos con las mismas noticias de muertes, accidentes, riñas, violencia, y más, pero no tomamos conciencia de que nuestro país tenemos deficiencia en la prevención, de los materiales de primeros auxilios, de ambulancias, de material gastables en los centros hospitalarios, donde de inmediato las personas acuden a llevar a un accidentado. El civismo nuestro se encuentra por debajo de los índices normales. Usted debe asumir todas las precauciones posibles en el periodo de la semana mayor.
Lo hemos reiterado en varias ocasiones, el conducir en nuestro país es de héroes. Limitaciones de señales de tránsito; carreteras, calles y avenidas en malas condiciones; personal de transito incompetentes; el alcohol sin control, y en el presente año se le agrega una campaña política que no tiene límites de recursos, espacio y tiempo. Con la miseria mental y económica que existe en nuestro pueblo los avances en trasladarse de un lugar a otro en las carreteras de nuestro pueblo, conlleva un sacrificio de tiempo, stress, dinero y malos ratos.
Usted se encuentra en ciudades y sus campos, como Puerto Plata, Montecristi, Samaná, La Vega, San Francisco de Macorís, por solamente mencionar algunas de nuestra región, que los motoristas no utilizan el casco protector, y andan como si fuera solos en las vías públicas, y transitan en vías contrarias para cortar camino, y nadie le dice nada. Los choferes de carros públicos, no utilizan el cinturón, ni que los maten, porque ellos son padres de familia, y no le pueden poner una multa o contravención, pero andan a la misma velocidad que los conductores de vehículos privados, y nadie hace nada. Y mencionar a los conductores de vehículos pesados, que anda en las carreteras, como dueños de ellas, y por lo regular, con un accidente en espera, porque es muy raro encontrar varios vehículos pesados con sus gomas en buenas condiciones, lucen como vejigas de cumpleaños, y nadie le puede decir algo.
Siempre hemos abogado por la educación vehicular en las escuelas, iniciando desde el pre escolar hasta culminar la secundaria, y el resultado será positivo, nuestra educación deja mucho que decir. No es posible, que solamente en unos o dos días, los accidentes de tránsitos lleven luto a la familia dominicana. No existe valor alguno que pueda recuperar una vida, la inmovilidad o perdida de un órgano de la persona, sencillamente merecemos urgente recibir cambios drásticos por parte de las autoridades competentes, desde el llamado “Congreso Nacional”, ministerios de Educación, Obras Publicas, aseguradoras, Poder Judicial, Policía Nacional, entidades y organismos relacionados al tema. A todos de una forma u otra nos afecta, lo que suceda en las carreteras de nuestro pedacito de tierra.
Que exista una agenda, planificación y programa para iniciar los cambios que se requieran para evitar y disminuir los accidentes, para no seguir llevando dolor a la familia dominicana, y no dejar que el tiempo siga transcurriendo sin hacer absolutamente nada.