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martes, 27 de marzo de 2012

Las series de TV y su afán por vendernos como en la época de los 80.


Por Agustín de la Cruz, NY. -Hace apenas unas semanas asistimos a la rueda de prensa para presentar los actores que intervienen en una serie que se comenzó a transmitir por Telemicro llamada “Mortales”.

En el proceso de comenzar el evento se pasaron algunos videos de diferentes capítulos de dicha serie, y nos llamó la atención que todos los capítulos estaban enmarcados en la droga, asesinatos, prostitución y hasta lesbianismo, representados por dos jovencitas con cara me menores.

El escenario principal según pudimos notar es la ciudad de New York, haciendo mayor enfoque en el alto Manhattan, reconocido por el que vive en RD. Como la segunda capital dominicana, debido a su alto nivel de habitantes quisqueyanos.

Nuestros productores dominicanos no han logrado entender que a diferencia de nuestro país, en esta nación americana no estamos acostumbrados a ver en la pantalla chica tanta crudeza, tendremos que sentarlos a ver la programación de los canales hispanos, para que por fin descubran que ni las noticias se pasan con la crueldad que se hace en la República Dominicana.

Aprovechamos para preguntarle al Sr. Kevin Martínez director de la serie, ¿si al igual que otras series, “Mortales” estaría dirigida a enfocar exclusivamente la parte negativa de nuestra comunidad, una parte que pertenece en su mayoría a un pasado ochentero, o estaría combinándola con episodios donde se destaquen los logros obtenidos por los dominicanos en el extranjero?

Para sorpresa de los presentes, defendió su producción aduciendo que, de no tener un toxico contenido, perdería el interés del público y a su vez el respaldo económico y del canal.

En pocas palabras, la parte cultural a esta gente de la televisión les importa un carajo, fusilar la moral de la generación que viene en camino, para ellos es como matar un perro realengo.

Nos imaginamos que la mayoría de estos “productores” no tienen familia, desconocen sobre la responsabilidad y compromiso que resulta criar a nuestros hijos, la gran cantidad de imágenes que tenemos que filtrarle a diario, para intentar mantenerlo potables.

Tenemos en nuestra comunidad, innumerables casos de exiliados económicos quienes gracias a su trabajo, formación y esfuerzo, hoy son prósperos empresarios que tal Juana la que vende habichuelas con dulce y con ese trabajo ha logrado mantener a los de aquí y a los de allá, pero al parecer eso no vende, no tiene méritos, para darse a conocer en territorio dominicano, nuestros empresarios son importantes para solicitarles publicidad, pero no son merecedores de que se le resalte el esfuerzo realizado.

Es más fácil mostrarnos como una comunidad putrefacta, sin ningún tipo de logros, con el posible objetivo de continuar viéndonos por encima del hombro.

Somos importantes para los políticos en época de elecciones, ya no sólo le aportamos dinero a sus campañas ahora también tenemos el poder del voto.

Somos importantes para los productores de programas de televisión que se transmiten hacia NY pues aquí están los comerciales que los sustentan.

Somos importantes para las familias que dejamos a tras, porque representamos su sustento económico, en fin somos importantes para todo el país para que nos usen como objeto desechable, pero no somos importantes para merecer respeto.