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domingo, 8 de enero de 2012

La biblia en su casa.

En diversas ocasiones y bajo diferentes formas Dios habló a nuestros padres por medio de los profetas,
hasta que en estos días, que son los últimos, nos habló a nosotros por medio del Hijo, a quien hizo destinatario de todo, ya que por él dispuso las edades del mundo.
El es el resplandor de la Gloria de Dios y en él expresó Dios lo que es en sí mismo. El, cuya palabra poderosa mantiene el universo, también es el que purificó al mundo de sus pecados, y luego se sentó en los cielos, a la derecha del Dios de majestad.
Ahora, pues, él está tanto más por encima de los ángeles cuanto más excelente es el Nombre que recibió.
En efecto, ¿a qué ángel le dijo Dios jamás: Tú eres mi Hijo, yo te he dado la vida hoy? ¿Y de qué ángel dijo Dios: Yo seré para él un Padre y él será para mí un Hijo?
Al introducir al Primogénito en el mundo, dice: Que lo adoren todos los ángeles de Dios.


Salmo
Sal 97, 1; 2; 6; 7; 9


¡El Señor reina, alégrese la tierra, regocíjense las islas numerosas!


Lo rodea una nube tenebrosa, justicia y derecho son la base de su trono.


los cielos proclaman su justicia y todos los pueblos ven su gloria.


Se avergüenzan los que adoran ídolos, los que se jactan de cosas estúpidas ¡Todos los dioses se postran ante él!


Porque tú eres Señor Altísimo en toda la tierra, que destaca muy por encima de los dioses.



Evangelio
Mc 1, 14-20
JESÚS LLAMA A SUS CUATRO PRIMEROS DISCÍPULOS

Después de que tomaron preso a Juan, Jesús fue a Galilea y empezó a proclamar la Buena Nueva de Dios.
Decía: "El tiempo se ha cumplido, el Reino de Dios está cerca. Cambien sus caminos y crean en la Buena Nueva."
Mientras Jesús pasaba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban las redes en el mar, pues eran pescadores.
Jesús les dijo: "Síganme y yo los haré pescadores de hombres."
Y de inmediato dejaron sus redes y le siguieron.
Un poco más allá Jesús vio a Santiago, hijo de Zebedeo, con su hermano Juan, que estaban en su barca arreglando las redes.
Jesús también los llamó, y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los ayudantes, lo siguieron.