Escrito por Vilma Pandelo.
Ya en estos tiempos, con eso de la evolución, la corriente del modernismo y los avances tecnológicos, la vida en vez de ser un poco más cómoda se ha convertido en verdadero caos.
Estamos viviendo porque todos tenemos un propósito en la vida, pero con esta situación tan difícil no crea que existan muchas personas o más bien mujeres dispuestas a traer a un niño a un mundo trágico e incierto.
Empezando por el egoísmo masculino, pues hoy hombre que en su ignorancia, machismo cuando una mujer no lo quiere, deciden quitarle la vida, y para no cargar con el muerto e ir a la cárcel prefieren suicidarse.
Los degenerados violadores de menores, que no piensan en la inocencia de un niño que apenas está empezando a conocer sus alrededores y le quita su derecho a tener una vida normal. Eso es un desastre y una verdadera crueldad en contra de las indefensas criaturas.
Tantas muertes por inconscientes que por cualquier movimiento un balazo, los atracos están cada vez más abundantes, los pandilleros que no tienen con qué entretenerse se reúnen para ver a quien van a atracar y si sales vivo, dale gracias a Dios, porque lo material se repone, pero la vida, no.
Los accidentes automovilísticos, los accidentes que atropellan de muerte a personas que las dejan tiradas como animales, los encuentros entre policías y atracadores, las redadas, los asaltos y la última moda: los secuestros, esto es sumamente trágico y yo pregunto ¿a quién le vamos a llorar?
Lo peor del caso es que los delincuentes están como hormigas, ya la seguridad ciudadana es cuestionable, porque la labor de las autoridades competentes parece ser muy floja. Ya los habitantes viven con miedo y de noche es muy peligroso andar en las calles.
Y las cosas continúan de mal en peor, la gasolina en constante aumento aunque el dólar baje, están abusando con el pueblo. Cuando sube la gasolina absolutamente todo se dispara, aun cuando las mercancías hayan sido perdidas antes de los aumentos, los dueños de farmacias, supermercados, librerías, tiendas venden al precio que ellos consideren. Los impuestos ya dan hasta pena, porque todo lo que consumimos, aunque sea el agua tiene impuestos. Y vuelvo a preguntarme adonde llegaremos con esa forma de vida.
Suben los cosméticos, las consultas medicas, los seguros, los servicios telefónicos, eléctricos y acuíferos están más allá de las nubes y los sueldos, bien gracias, pero si aumentan los sueldos y siguen las alzas, estamos en lo mismo y esto de alguna manera hay que detenerlo.
No hay una fórmula que no indique que las cosas van a mejorar, hay que buscar una corriente nueva algo que cambie el panorama, que bajen todo hasta un límite y que las personas sean más conscientes de la situación y cooperen con la mejoría, aportando ideas que se puedan aplicar, no debemos quedarnos en el vacío.
Este es un país privilegiado y a pesar de caos y tragedias, somos ricos en naturaleza, solo es cuestión de disposición y de trazar metas y hacer planes para controlar la corrupción, la delincuencia y mejorar nuestra economía, pero eso lo lograremos todos juntos. Encausando nuestras energías hacia un mismo propósito y un mismo fin.
Tratemos de ofrecerles a los que nacen, un mundo mejor, no un mundo tan trágico y todo eso es culpa de hombre que en su naturaleza se ha convertido en egocéntrico y ha querido comparase con Dios, olvidando que sin El nada es posible y que no se mueve una sola hoja sin su consentimiento.