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jueves, 20 de octubre de 2011

Prevención sin violencia, fórmula contra la delincuencia


Carlos Otero.

Serpiente de siete cabezas la delincuencia como origen de violencia, crímenes y otros males parece estar ganando la guerra a nuestra sociedad que busca con urgencia una fórmula que reduzca el problema a un nivel mínimo, ante la imposibilidad de erradicar estos males por completo.

Bajo este escenario de horror y espanto, vemos a diario correr sangre inocente con su secuela de luto, dolor y desamparo de muchas familias nobles y honradas que como blanco ideal de esta violencia están indefensas tanto de las bandas delincuenciales como de los errores de las autoridades, con la policía a la cabeza, que no cuenta con la visión correcta, ni mucho menos con los medios técnicos humanos que permitan enfrentar con eficiencia, el cada día más creciente mal.

Así, vemos crecer la violencia y el delito de todos los calibres que se ha ido de la mano a la “ley y orden” que luce como fórmula obsoleta de enfrentar esta fuente de terror, luto y dolor colectivo.

“guardias”, entrenados para poner en la cruz de la mirilla su M-16 y disparar de medio casi siempre infalible han sido integrados a las patrullas policiales que caminan por las calles de nuestras ciudades con ansioso deseo de encontrar su objetivo, diciendo con ello que los policías no cuentan con la destreza física y técnica para combatir asesinos y ladrones que de modo cada vez más números atacan a ciudadanos buenos e indefensos.

Pedro matando y actuando violentamente solo se obtiene lo mismo, porque la fiebre nunca está en la sábana, esto es, no basta con más guardias y policías.

Lo que el país requiere es mayor prevención en todos los sentidos para reducir males que sólo terminaran cuando se pongan a funcionar las instituciones llamadas a impartir una “justa justicia” en procura de incrementar la ley y el orden.

Pero como soñar no cuesta nada, “sueño pilarin” que por ello no se cobra nada.