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viernes, 7 de octubre de 2011
El evangelio de hoy.
Pero algunos de ellos dijeron: "Este echa a los demonios con el poder de Belzebú, jefe de los demonios."
Y otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal que viniera del cielo.
Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: "Una nación dividida corre a la ruina, y los partidos opuestos caen uno tras otro.
Si Satanás también está dividido, ¿podrá mantenerse su reino? ¿Cómo se les ocurre decir que yo echo los demonios invocando a Belzebú?
Si yo echo los demonios con la ayuda de Belzebú, los amigos de ustedes, ¿con ayuda de quién los echan? Ellos apreciarán lo que ustedes acaban de decir.
En cambio, si echo los demonios con el dedo de Dios, comprendan que el Reino de Dios ha llegado a ustedes.
Cuando el Fuerte, bien armado, guarda su casa, todas sus cosas están seguras;
pero si llega uno más fuerte y lo vence, le quitará las armas en que confiaba y distribuirá todo lo que tenía.
El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.
Cuando el espíritu malo sale del hombre, empieza a recorrer lugares áridos buscando un sitio donde descansar. Como no lo encuentra, se dice: Volveré a mi casa, de donde tuve que salir.
Al llegar la encuentra bien barrida y todo en orden.
Se va, entonces, y regresa con otros siete espíritus peores que él; entran y se quedan allí. De tal modo que la nueva condición de la persona es peor que la primera."