Dra. Ysidra Livent.
Una mujer puede tener relaciones sexuales, excitarse, salir embarazada y no tener un orgasmo.
Si hay deseo y la mujer recibe suficiente estimulo erótico para poder excitarse, se alcanza un punto que se llama meseta si en ese momento la estimulación se para todo vuelve a su estado inicial.
Pero si el estimulo continua de manera sostenida hay lubricación de la vagina (si es insuficiente o no se da la lubricación la penetración puede ser dolorosa) la respiración se hace más rápida, se acelera el pulso, los pezones se endurecen, aumenta el volumen de los senos, a veces ocurre enrojecimiento en la zona del pecho, la tensión muscular sube.
Se producen contracciones rítmicas en todo el cuerpo, los músculos del útero y de la vagina se contraen y se relajan rítmicamente, algunas mujeres gritan, hablan, susurran, la espalda se arquea, hay una contracción en las manos y en los pies, cuando eso ocurre estas en el punto máximo o el clímax estas teniendo un orgasmo.
Es importante que la mujer sepa que la respuesta orgásmica es una sola, independientemente de la vía de estimulación a que se recurra (caricias, fantasías, toques etc.)
La intensidad de un orgasmo, su duración varia de una relación a otra, pues intervienen una serie factores que pueden influir sobre la calidad de la experiencia sexual como la ansiedad, el tiempo, la frecuencia, la calidad del estimulo sexual, la creatividad, comunicación etc.
Algunas mujeres logran tener varios orgasmos, tantos como lo permita la relación sexual pero esto no indica que su funcionamiento sexual sea mejor de la que solo logra un orgasmo de gran intensidad y queda satisfecha.
Mujer recuerda que a tener orgasmo se aprende y que lograr el primero es un proceso que requiere entre otras cosas de un acompañamiento terapéutico, revisión de tus creencias, conocimiento de tu cuerpo y practica.