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sábado, 13 de agosto de 2011

El CNM como garante de la Constitución


Las fuerzas sociales, políticas y económicas han estado muy atentas en estos días a la convocatoria del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), que tiene una agenda muy fuerte: la conformación de las altas cortes, Tribunal Constitucional, Tribunal Superior Electoral y Suprema Corte de Justicia. Una labor de obvia trascendencia, como un imperativo de la nueva institucionalidad dominicana.

Es una misión delicada. Se trata de la selección de un grupo de hombres y mujeres para tan elevadas funciones. No es un concurso ni una competencia. Es una seria responsabilidad para la cual se requiere de un alto sentido político y social. Los jefes de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial se asumen con la competencia y la capacidad debida para cumplir la tarea.

Los miembros del Consejo Nacional de la Magistratura están muy conscientes de la encomienda. Los ojos de los actores conscientes de la Nación están sobre ellos. No pueden equivocarse. Sus decisiones deben reflejar el interés ciudadano que los estará siguiendo. Los puntos de vista de los grupos de presión deben ser valorados. Pero corresponde a quienes tienen el mandato legal ejercer sus atribuciones, según las normas previstas en la Constitución.

Todos estamos contestes en que la misión debe realizarse con “transparencia, legalidad, celeridad, justicia y equidad”. Los candidatos presentados deben ser evaluados en cumplimiento de los requisitos constitucionales, las calificaciones personales y morales, profesionales y académicas, tal y como prescribe el artículo 7 del reglamento que el propio Consejo se dio. Desde esa perspectiva la tarea podría tornarse sencilla.

Quizás la parte más difícil que los comisionados deben encarar es la evaluación de los jueces de la Suprema Corte de Justicia, en atención a sus calificaciones: reputación, capacidad y desempeño. Son personas con un aval, y decidir sobre las mismas requiere aplomo, tino, buen juicio y hasta consideración, porque se trata de servidores públicos con 14 años en sus puestos.

Conciencia, fe, firmeza, mesura, prudencia, solemnidad a todo momento, para que impere la razón, el decoro y la dignidad que demanda la República, pues el Consejo Nacional de la Magistratura es garante de la nueva constitucionalidad y del imperio de la ley.