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lunes, 11 de julio de 2011

A mi amigo Facundo Cabral


Vete en paz facundo amigo, total tú no eres de aquí, no eres de los pequeños hombres de la tierra, eres tan inmenso que las estrellas te quieren con ellas, eres de allá donde viven los gigantes, los sabios, los Dioses.

Vete en paz y sin mirar hacia atrás, que tu alma sólo cabe en la vastedad de la luz, allá donde tú eres uno con ella.

Pobre mundo, pobre humanidad, que vergüenza es pertenecer a ésta mal llamada raza humana.

Donde la vida no vale nada, donde el pensar diferente te hace ser enemigo a muerte de aquellos salvajes incapaces de soportar que se pueda razonar diferente, ser desigual, es una de las razones del ser humano, razón que nos hace pertenecernos.

La misma raza, mata a sus mejores hombres, por intereses tan mezquinos que me lleva a negarme a mí mismo y no querer jamas volver a ser parte de un grupo de tan bajo valor en la naturaleza, de un grupo, en este universo, incapaz de mirar hacia arriba y contemplar la grandeza del cosmos. La grandeza de la luz, esa luz, la que se asusta ante nuestra barbarie y se aleja cada día más, abandonándonos al abismo.

Jesús, Gandhi, Lennon, Facundo, Ernesto Guevara, Martín Luther King, Francisco Alberto Caamaño y otros tantos vilmente asesinados por la mano cruel de la ignorancia, de la intolerancia y los metálicos intereses. El hambre cerebral, la carencia de luz y la sed de poder, nos hace tan pequeños que desde lo alto se nos mira como insignificantes insectos.

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