Pedro Julio Jiménez Rojas.
No obstante haber residido en Santiago durante mi niñez, adolescencia y juventud, y además ser parientes por vía maternal -nuestros bisabuelos eran hermanos-fue a raíz de un artículo de mi autoría publicado por este Diario a finales del pasado año cuando tuve la ocasión de conocer a este singular galeno santiaguero.
La donación autografiada de un ejemplar de su obra “Recuerdos de mi vida y el hospital Cabral y Báez” del año 2003, me inició en el conocimiento de este personaje que se acrecentó en conversación personal sostenida en su residencia y a través de comentarios particulares externados por amigos comunes. Con la lectura de su más reciente trabajo “Recuerdos de mi vida en el mundo de la Medicina” de mayo 2011 he logrado conocerlo en poco más, siendo esta la causa de que, como el doctor Julio Rodríguez Grullón, me permita mediante este periódico expresar mis opiniones tanto sobre él como de su última entrega autobiográfica. Después de haber estado durante sus años universitarios influenciado por las ideas liberales de Tunti Cáceres My Rubén Díaz Moreno, intentar, pretender en la provincia más provincia del país -como diría Edwin Espinal- vivir bajo el magisterio profesional y moral de los doctores Salomón Jorge y su padre José de Jesús Jiménez, es en verdad una carga emocional difícil de sobrellevar.
A pesar de los disgustos y contrariedades que estas emulaciones traían aparejadas, en las páginas de su más flamante trabajo el lector se apercibirá de los titánicos esfuerzos emprendidos para que su ejercicio estuviera a la altura de los modelos a imitar, y del total desprendimiento con que asistía a quienes no podían costear sus servicios.
Aunque lamentablemente breves, no tienen desperdicio alguno los perfiles esbozados en torno a sus profesores universitarios de los años cincuenta del pasado siglo tales como: Fabio Mota, Félix Goico, Miguel Piantini, Damirón Ricart, Heriberto Pieter, Nicolás Pichardo, Read Barreras, Gómez Patiño, Ramón Lovatón, Gilberto Gómez y otros eximios facultativos.
Como fruto de sus estudios en Canadá y los Estados Unidos, posee la notarial costumbre de llevar un registro individual de cada uno de sus pacientes, de sus casos, actitud que lo habilita para orientar y conducir con éxito sus investigaciones médicas en los dominios de la Cardiología, Medicina Interna y Pedagogía. A diferencia de muchos académicos que creen hacer investigación cuando en realidad lo que hacen es experimentación, este Hijo distinguido de Santiago y Maestro de la Medicina Dominicana, publica bajo forma de libros y opúsculos los resultados de sus investigaciones las cuales deberían ser conocidos por los estudiantes de esta carrera universitaria. La sección de fotos a color mostrando diversas patologías; sus casos inolvidables; los llamados otros casos interesantes; el titulado otros recuerdos médicos y los casos médicos publicados, son capítulos del libro cuya lectura interesará tanto a los entendidos en la ciencia de Hipócrates como a los profanos. Al igual que sus “Recuerdos de mi vida” del 2003, la última publicación de Joseíto -del 2011- es una elocuente manifestación de su heroísmo anónimo y su altruismo sublime, no pretendiendo la cuadratura del círculo al afirmar que él constituye uno de los sobrevivientes mas representativos de la práctica médica no lucrativa y sobre todo humanista en la República Dominicana.