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viernes, 15 de julio de 2011

La sociedad secreta “La Trinitaria”: Obra maestra de Duarte


Escrito por Maximiliano Taveras.

“Nuestra patria ha de ser libre e independiente de toda potencia extranjera o se hunde la isla” J.P.D.


En el proceso simbólico de ir puliendo la piedra bruta, el 16 de Julio del 1838, en el lugar de la calle Arzobispo Nouel, frente a la Iglesia del Carmen, en el hogar de Juan Isidro Pérez de la Paz, fundo Juan Pablo Duarte la sociedad patriótica y secreta La Trinitaria. Era un movimiento juvenil, por eso Rosa Duarte, la hermana del prócer, nos dice que “las gentes le dieron a la revolución el nombre de la revolución de los muchachos”, pues a más de que la mayor parte era muy joven, el que hacía de jefe no representaba 18 años.

No hay un consenso entre los historiadores acerca de los fundadores de la Trinitaria, porque se les atribuye la condición de fundador a algunos próceres que no están en la lista que ofrece Rosa Duarte. Hay probabilidad que el 16 de Julio se celebraron dos sesiones, una en la mañana y otra en la tarde, siempre esta última la más importante; pero la versión más socorrida es que los nueve primeros Trinitarios fueron: Juan Pablo Duarte, Juan Isidro Pérez, Pedro Alejandrino Pina, Jacinto de la Concha, Félix María Ruiz, José María Serra, Benito González, Felipe Alfau y Juan Nepomuceno Ravelo. Eso lo afirma Don Emiliano Tejera y Penson, que escribió en el año 1894, en un documento solemne que “la juventud, sobre todo, correspondió a su anhelo, y el 16 de Julio del 1838 vio nacer La Trinitaria un grupo de apóstoles que debían propagar la doctrina del maestro y mantener siempre encendida la antorcha del patriotismo”, sigue diciendo: “todos firmaron con su sangre el juramento de morir o hacer libre la tierra de sus antepasados”. Él es quien confirma la lista de los próceres ya citados. En otros legajos figuran Vicente Celestino Duarte, Ramón Matías Mella, Francisco del Rosario Sánchez, Francisco Martínez de León, Félix María Delmonte, Presb. Dr. J.A. de Bonilla, Tomás de la Concha, Presb. Carrasco, Pedro de Bonilla, Nepomuceno Tejera. Siempre en grupo de nueve y varios de ellos incluidos en cada listado.

La Trinitaria es una obra maestra de un patriota romántico, como lo fue Duarte, es por ello, que el romanticismo se manifiesta en el acto de su fundación: juramento trinitario, la firma del mismo con sangre de sus venas y en las obras teatrales presentada por la Sociedad Dramática, apéndice de La Trinitaria. Como prueba de lo que afirmamos, expondremos el juramento Trinitario.

“En nombre de la Santísima, Augustisima e Indivisible Trinidad de Dios Omnipotente: Juro y prometo, por mi honor y mi conciencia, en manos de nuestro presidente Juan Pablo Duarte, cooperar con mi persona, vida y bienes a la separación definitiva del Gobierno Haitiano y a implantar una República libre, soberana e independiente de toda dominación extranjera, que se denominará República Dominicana; la cual tendrá su pabellón tricolor en cuartos encarnados y azules, atravesados por una cruz blanca. Mientras tanto, seremos reconocidos los Trinitarios con las palabras sacramentales de Dios, Patria y Libertad.

Así lo prometo ante Dios y el mundo. Si tal hago, Dios me proteja, y de no, me lo tome en cuenta y mi consocios me castiguen el perjurio y la traición si los vendo”.

Como esta era una organización clandestina formada por células en grupos de tres en tres, usaron signos y señales para evitar ser descubiertos por sus enemigos y llevaban sobre el pecho una flor llamada filoria o jazmín de malabar.

Hay que destacar el fervor masónico de Duarte, pues tomó de la Masonería Universal la estructura de La Trinitaria y los medios de reconocimiento que usaron Los Trinitarios entre sí. Su concepción multi-racial de la fraternidad dominicana, sus enseñanzas democráticas y liberales, su concepción del alto valor moral de la política, del trabajo, de la patria, etc. Recordamos que la masonería tiene por lema la Libertad, La Igualdad, y la Fraternidad por lo cual no tiene nada de extraño que estos principios se manifiesten en el patriotismo de Duarte.

En este 173 aniversario del primer embrión concebido para el nacimiento de nuestra nacionalidad, es preciso recordar a cada dominicano y dominicana, la arenga del Patricio de que vivir sin Patria es lo mismo que vivir sin honor.

El autor es educador y directivo del Centro Duartiano de Santiago.