Una vez soñé,
que el amor para siempre existía,
una vez pensé
que tu nunca te alejarías.
Las gente nos definía
como una llama de felicidad,
pero nunca habían hablado
de que tú me ibas a dejar.
Ayer, me mirabas
con tanto amor
que no imaginé
tan cerca tu adiós.
Ahora puedo ver
lo engañado que estuve
pensando
que siempre te tuve.
Hoy, ya no hay amor.
Hoy, ya no hay cariño.
Pero el culpable soy yo
por enamorarme como un niño
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