Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, que son unos hipócritas! Ustedes son como sepulcros bien pintados, que se ven maravillosos, pero que por dentro están llenos de huesos y de toda clase de podredumbre.
Ustedes también aparentan como que fueran personas muy correctas, pero en su interior están llenos de falsedad y de maldad.
¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, que son unos hipócritas! Ustedes construyen sepulcros para los profetas y adornan los monumentos de los hombres santos.
También dicen: "Si nosotros hubiéramos vivido en tiempos de nuestros padres, no habríamos consentido que mataran a los profetas".
Así ustedes se proclaman hijos de quienes asesinaron a los profetas.
¡Terminen, pues, de hacer lo que sus padres comenzaron!
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