«El lavatorio de los pies nos muestra el modo de actuar de Dios para con el hombre, no con palabras, sino con obras y en verdad», dijo el Papa Francisco en la Audiencia Jubilar del sábado 12 de marzo, cuando señaló que esta revelación del modo de actuar de Dios la describe el Evangelista Juan en su primera carta (3,16.18), cuando dice: «Hijitos, no amemos de palabra y con la boca, sino con obras y de verdad».
(RV) En un «signo sencillo pero elocuente», el Sucesor de Pedro celebra la tarde del Jueves Santo la Santa Misa de la Cena del Señor en Centro de Acogida para solicitantes de asilo (CARA) de Castelnuovo di Porto, y lava los pies a doce personas (once refugiados y una trabajadora del centro) provenientes de Mali, Nigeria, Eritrea, India, Siria, Pakistán e Italia.
Se trata de tres musulmanes, tres mujeres de religión cristiana copta, uno de religión hindú, y cinco católicos, cuatro hombres y una mujer, quienes reciben el lavatorio de los pies por parte del Papa Francisco, todas personas que han vivido situaciones difíciles al límite de la resistencia física y psicológica, en países donde reina el dolor y sufrimiento, de los que han huido hasta llegar a Italia. El Santo Padre encuentra además a tres familias de refugiados que alojan en la estructura.
La estructura que acoge a cerca de novecientos migrantes provenientes de veinticinco países del mundo (quince países africanos, nueve asiáticos, uno europeo extra U.E.), se encuentra a unos 30 kilómetros al norte de Roma, cuenta con ciento setenta y siete habitaciones, y está bajo la gestión de la Sociedad Cooperativa Social Auxilium, y de un grupo de jóvenes estudiantes de Basilicata, movidos todos por el deseo común de comprometerse en esta difícil realidad social, inspirados en la Doctrina Social de la Iglesia.