El brote de cólera que afecta desde hace unas dos semanas la cárcel de La Victoria, no solo ha dejado cuatro reclusos fallecidos y 75 afectados, sino que mantiene en gran incertidumbre y preocupación a padres de internos, que ayer aprovecharon la visita para llevarles jugos y constatar sobre su estado de salud.
A mediodía de ayer, 6 internos se recuperaban en el hospital municipal La Victoria, donde fueron llevados tras la agudeza de los síntomas, mientras el coordinador de zona del Ministerio de Salud Pública, doctor David Pineda, informó que el brote ya fue controlado y que en las últimas horas no se habían registrado nuevos casos.
Informó que de los 75 afectados desde que iniciaron los casos de diarrea hace dos semanas, cuyo brote se intensificó a partir del domingo de la semana pasada, solo 19 permanecen presentando síntomas de los cuales 10 reciben hidratación vía endovenosa y nueve de manera oral, pero que están estables. Informó que de los ingresados en el hospital tres se- rían retornados nuevamente al penal al estar estable.
De los cuatro reclusos fallecidos, tres de nacionalidad haitiana y uno dominicana, dos murieron en el penal y dos en el hospital Francisco Moscoso Puello donde fueron referidos en condiciones muy delicadas. El coordinador explicó que al tratarse de privados de libertad el referimiento a un hospital requiere cumplir con ciertos requisitos.
Entre los que permanecen ingresados en el hospital de La Victoria se encuentran Junior, quien fue llevado el día anterior, pero ayer ya se sentía mejor.
Los síntomas le habían iniciado hacía cuatro días, y Andy Blandino, quien tiene tres meses en el penal como preventivo, dice que recibió buena atención en el consultorio de la cárcel, pero que hubo que trasladarlo al hospital porque perdió todas sus fuerzas fruto de la diarrea.
Padres
Paulina Martínez es madre de un recluso que se encuentra en el área afectada por el brote, dice que está muy preocupada, por lo que ayer temprano llegó como de costumbre el domingo y le llevó jugo con agua hervida para evitar que se enferme.
Paulina Martínez es madre de un recluso que se encuentra en el área afectada por el brote, dice que está muy preocupada, por lo que ayer temprano llegó como de costumbre el domingo y le llevó jugo con agua hervida para evitar que se enferme.
Dice que le contó que en su celda cayeron tres enfermos y que de esos murió uno en el Moscoso Puello. “Uno se mortifica mucho, yo vivo preocupada, pero gracias a Dios que lo encontré bien”, dice mientras se retiraba del penal, y que allí tienen un tanque con agua y cloro donde la pusieron a lavarse las manos como medida preventiva.
Con una posición un poco más indignada está Carlos Antonio Natalio, quien asegura que su hijo estuvo en condiciones muy delicadas por el brote, y que desde el martes pasado tenía los resultados de laboratorio que le indicaban que era cólera, pero que en el penal le advirtieron que no se atreviera a dar pública esa información.