El activista británico Peter Tatchell ha expresado repetidamente su apoyo al matrimonio y la agenda gay. Sin embargo, recientemente se ha manifestado en defensa de una pastelería cristiana perseguida judicialmente en Irlanda del Norte por el lobby gay, por negarse a preparar una torta que celebraba las uniones homosexuales.
En 2014, Tatchell celebró la condena contra la pastelería Ashers en Belfast (Irlanda del Norte), que fue encontrada culpable de “discriminación” porque su administrador, Daniel McArthur, y su esposa, Amy, se rehusaron a preparar una torta con el texto “Apoyo el Matrimonio Gay”, solicitada por Gareth Lee. Dos años después, el activista ha cambiado radicalmente de opinión, y asegura que esto se debe a la defensa de la libertad.
“Tanto como deseo defender a la comunidad gay, también quiero defender la libertad de conciencia, expresión y religión”, escribió el activista en un artículo publicado por el diario británico The Guardian, el 1 de febrero.
“La corte se equivocó al penalizar a (la pastelería) Ashers y yo estuve equivocado al apoyar su decisión”, lamentó.
Aunque Tatchell sigue defendiendo el matrimonio gay y cree que la denuncia contra la pastelería fue un ataque bienintencionado contra la homofobia, considera que la acusación legal contra Ashers fue “ir demasiado lejos”.
Después de mucha consideración, el activista cree que Ashers simplemente estaba actuando a la luz de su derecho a la libertad religiosa, no por intolerancia política, como la sentencia de la corte sugirió.
El “pedido de la torta fue rehusado no porque él (quien la solicitó) fuera gay, sino por el mensaje que solicitó. No hay evidencia de que su sexualidad fuera la razón por la que Ashers rechazó su orden”, dijo Tatchell.
Esta sentencia contra la pastelería “sienta un precedente preocupante”, advirtió.
De acuerdo a Tatchell, las leyes anti-discriminación citadas en el veredicto de la corte –tales como la Ley de Igualdad de Irlanda del Norte y la Orden de Empleo y Trato Justo– nunca tuvieron como propósito “obligar a las personas a promover ideas políticas con las que discrepaban”.
El activista británico también explicó que esta sentencia tendría peligrosas implicaciones para el futuro de otros proveedores de servicios. Si la pastelería Ashers fue multada con 500 libras (alrededor de 728 dólares) por defender sus creencias cristianas, otros negocios también están en riesgo si niegan sus servicios a clientes con mensajes de odio.
“Si el veredicto de los Ashers se mantiene podría, por ejemplo, alentar a que extremistas de derecha a exigir que las pastelerías y otros proveedores de servicios faciliten la promoción de opiniones anti-migrantes y anti-musulmanas”.
La pastelería Ashers presentó un recurso de apelación, buscando anular el veredicto contrario inicial. La audiencia de dos días comenzó el 3 de febrero.
“A mi modo de ver, se trata de una violación a la libertad exigir a negocios que ayuden a promover ideas que ellos en conciencia rechazan”, aseguró.
“La discriminación contra las personas debe ser ilegal, pero no contra ideas”, concluyó.