El Arzobispo de Filadelfia (Estados Unidos), Mons. Charles Chaput, aseguró que la verdadera misericordia y la confianza en el poder transformador de la gracia de Dios son claves para ayudar a los divorciados en nueva unión.
“Irónicamente, una estrategia pastoral que minimiza el pecado en el nombre de la misericordia no puede ser misericordiosa, porque es deshonesta”, señaló Mons. Chaput en un ensayo que será publicado por la revista First Things en diciembre de este año.
La auténtica misericordia es evangélica y cree en que “la gracia de Dios tiene el poder de transformarnos”, indicó, y precisó que esto es importante para la respuesta pastoral de la Iglesia para los divorciados en nueva unión.
“Los divorciados y casados nuevamente por civil siguen siendo miembros bienvenidos de la comunidad creyente, pero la Iglesia no puede ignorar la Palabra de Dios sobre la permanencia del matrimonio, ni puede mitigar las consecuencias de las elecciones que las personas adultas hacen libremente”, dijo.
El Arzobispo recordó el pasaje de Jesús y la mujer acusada de adulterio, que estaba a punto de ser apedreada, en el Evangelio de Juan. Todas las personas necesitan de la misericordia de Dios, incluyendo aquellos que se consideran justos, explicó.
“Solo Jesús nos puede liberar. Solo Él podría haber lanzado la primera piedra. Pero Él no lo hizo, diciendo en su lugar ‘Yo tampoco te condeno; ve y no vuelvas a pecar’”.
“Dios no nos debe el perdón o la redención, ni nada. Tampoco la misericordia de Dios nos da permiso para continuar pecando”, indicó, sino que por el contrario “nos exige una respuesta a ‘ir, y no volver a pecar’”.
“Al perdonar a la mujer, Jesús hace por la gracia lo que la ley moral no puede hacer. Le da una nueva vida en la amistad de Dios”, señaló.
Mons. Chaput rechazó las acusaciones de que la práctica de la Iglesia castiga y excluye esas uniones irregulares, y señaló que la Iglesia no puede validar un comportamiento que separa a las personas de Dios y al mismo tiempo “permanecer fiel a su propia misión”.
“Un sincero acercamiento hacia Dios siempre conlleva un alejamiento del pecado y del error”, indicó.
El Prelado estadounidense advirtió que un acercamiento pastoral que busque la Comunión para los divorciados en nueva unión sin buscar un cambio de vida “resultará en menos fe, nada más”.
“Lo que sigue a una falsa enseñanza y práctica de los sacramentos no es una vida evangélica más empeñosa sino su colapso”, continuó, y señaló que esto ha sucedido en partes de Europa que se han alejado de la enseñanza católica.
Mons. Chaput destacó la exhortación del Papa Francisco para que los cristianos acompañen a los demás en “las enmarañadas realidades de sus vidas”.
“Esto es un aspecto clave de la misericordia y una expresión vital del amor cristiano. Los lazos del pecado son fuertes, y la gracia de Dios a menudo los desata lentamente”, dijo.
El Arzobispo subrayó que “ningún pecado nos coloca más allá del perdón de Dios” y que “Su misericordia dura por siempre”.
“Sería opuesto a la misericordia decir ‘ven’ y luego implicar que no necesitamos movernos, necesitamos salir de nuestro actual romance con el pecado y avanzar hacia la obediencia a la justicia vivificante de Dios, la ley de Jesucristo”, precisó.
Mons. Chaput indicó que “los cristianos son enviados al mundo llevando la inscripción de la misericordia de la Cruz en nuestras vidas”. Esta misericordia es la predicación de “la buena noticia de la salvación en Jesucristo”.
“La Iglesia en este Año de la Misericordia nos invita a encontrar nuevamente el amor de nuestro Redentor. (La Iglesia) abre las puertas al mundo e invita a todos a entrar y unirse a la fiesta de bodas del Cordero”, concluyó.