El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, aseguró anoche que el terrorismo yihadista es «muy blasfemo, sacrílego y asesino, porque no se puede matar en nombre de Dios, que es amor; que no es muerte, sino vida», y ha pedido a Dios «por las víctimas, sus familiares y sus pueblos», pero también por los terroristas «para que les llegue el perdón de Dios, porque no saben lo que hacen».
(AVAN) En la misa que presidió ayer en la Catedral de Valencia ante cientos de personas, dentro de la vigilia de oración convocada por el purpurado por las víctimas de los atentados terroristas, el cardenal Cañizares aseguró que «Jesucristo no es espectador de este escarnio, sino que lo sufre en su propia carne».
«Dios está con las víctimas, sufriendo; con los familiares, sufriendo; con sus pueblos sufriendo, y ahí, en ellos, hemos de buscarlo y encontrarlo, siendo solidarios con todos ellos y dejarnos de falsos intereses, sólo el de Dios», ha indicado.
De igual forma, en su homilía señaló que, sin embargo, «Dios es perdón y le pedimos también para que sobre los asesinos venga el perdón, porque no saben lo que hacen, que cambien el corazón y puedan abrirse al don de Dios que es misericordia».
«Necesitamos a Jesucristo para que haya paz, para que alcancemos misericordia, para que se establezca un reinado de la verdad y del amor», destacó el titular de la archidiócesis de Valencia, en referencia también a la celebración este domingo de la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo. «Sólo en Él está la salvación; en Él, Dios con nosotros, encontramos, reconocemos y adoramos la eterna misericordia de Dios», ha añadido.
En su homilía, el cardenal Antonio Cañizares expresó también que «Jesucristo reina desde el madero de la cruz, perdonando, ofreciendo salvación al que la pide y busca, dando su vida, sirviendo, amando a los hombres hasta el extremo» y ha subrayado que «la eucaristía que celebramos por las víctimas de los atentados e implorando la paz, nos llama también a evangelizar y proclamar el señorío de Cristo a través del amor y la misericordia».
Concluida la misa, en la que concelebró el obispo emérito de Lleida, monseñor Juan Piris, y el cabildo de la Seo, tuvo lugar la adoración del Santísimo Sacramento.
En medio del silencio fueron intercalando preces basadas en el contenido de la carta semanal del Cardenal, para pedir a Dios por las víctimas y sus familiares, y por la conversión de los terroristas.