El Papa Francisco contó hoy que lleva consigo la cruz de un sacerdote iraquí asesinado por los terroristas del llamado Estado Islámico. Lo reveló esta mañana al recibir en audiencia en el Aula Pablo VI a cinco mil jóvenes consagrados con motivo del Año de la VidaConsagrada.
“Antes que nada, se que entre ustedes hay consagrados y consagradas de Irak y de Siria”, dijo al inicio de la audiencia, y señaló que "querría comenzar dedicando un pensamiento a nuestros mártires de Irak y de Siria, nuestros mártires de hoy”.
“Quizás ustedes conozcan a muchos o a algunos… hace algunos días, en la Plaza, un sacerdote iraquí se acercó a mí y me dio una cruz pequeña: era la cruz que tuvo en la mano el sacerdote que fue degollado por no renegar de Jesucristo”, dijo.
Después prosiguió: “esta cruz la llevo aquí… a la luz de estos testimonios de nuestros mártires de hoy –que son más mártires que en los primeros siglos–, y también de los mártires de vuestra tierra de Irak y Siria, querría comenzar nuestro diálogo dando gracias al Señor: que su Iglesia cumpla en su Cuerpo aquello que falta a la Pasión de Cristo, todavía hoy, y pidiendo la gracia del pequeñísimo martirio diario, del martirio de todos los días, en el servicio de Jesús y de la vida consagrada”.