He leído últimamente las opiniones de algunos expertos con relación a este asunto y cómo los medios sociales están siendo utilizados para conocer el perfil de las personas, la mayoría de los usuarios de Facebook y otras páginas sociales no pasan la prueba. De manera que mucha gente está haciéndose daño, sin darse cuenta, por la manera como utilizan las paginas sociales.
Le hemos dicho a la gente que las páginas sociales son como los periódicos, medios públicos, y uno debe cuidar de lo que hace, lo que presenta, y lo que dice. Primero porque no sabemos por cuánto tiempo esta información se mantendrán archivada, segundo no sabemos que uso se le terminará dando, y tercero el tiempo y las cosas cambian y luego no sabremos cómo explicar nuestro comportamiento o actitudes en el futuro. El problema consiste en el empeño por querer sobresalir o llamar la atención que demanda hacer algo fuera de lo común sea la moda de vestir, el modo de hablar, o exhibirse en gráficas o videos.
Por ejemplo un exceso de fotos personales ¿no nos hace ver como exhibicionistas, con un complejo narcisista, o inseguros de nuestra apariencia? También dejar sobre el tapete público la actividad diaria de una persona elimina su sentido de privacidad y limita su libertad o sentido de discreción sobre asuntos personales que afecta verdaderamente la oportunidad para causar una buena impresión a la hora de obtener un empleo, iniciar nueva relación o una nueva impresa.
Otro ejemplo es un álbum de fotos de unas vacaciones familiares del último verano, que bonito es ver al prospecto disfrutando en familia, especialmente aquella enseñando a nadar a los niños mientras los demas juegan con globos de colores. Pero si después la joven madre exhibe su foto en bikini fuera de ese contexto, la impresión puede ser muy diferente, especialmente si la gráfica deja poco a la imaginación y sube la temperatura de la morbosidad.
Hasta hace poco tiempo para solicitar un empleo era suficiente un resume o currículo vitae, además una carta de recomendación, pero en la actualidad las empresas están utilizando todos los medios para conocer si el potencial empleado tiene una reputación y una base moral sólida para compartir un empleo con clientes y con el personal de la impresa.
A pesar de que se quiere legislar para limitar el acceso a las páginas sociales, siempre habrá puertas abierta para averiguarlo. ¿A caso no hay acceso para saber el nivel crediticio de una persona?
Siempre vamos a tener mucha gente que hará y se comportará de alguna manera en la sociedad, gente a quien no le importa la consecuencia de sus actos, pero al final las grandes empresas de la humanidad son la iniciativa de una minoría que si le importa dónde, cómo y cuando ocurren los procesos del mundo en el que viven.
Durante los 23 años que trabaje para la Ciudad de Nueva York, fue mucha la gente que vi y escuché llorar frente una necesidad de vida o muerte, todo por culpa de un pasado que impactaba en el presente a la hora de obtener una vivienda o asistencia de alquiler. Uno tiene que pasar la prueba del llamado background y uno nunca sabe como lo que hace en el presente va a afectar el futuro.
Todo cometemos errores, no hay dudas, pero que bueno es cuando podemos corregirlos a tiempo. A nadie se le puede llamar a la atención sobre este asunto, la mayoría de las gentes termina ofendida, no importa si es familiar o simple amiga, lo considera una intromisión en sus asuntos personales, pero a la larga resulta, que sin importar la reacción, tarde o temprano una permanente mala impresión termina arruinando grandes oportunidades.
¡Vamos a pensarlo otra vez! Cuando fallamos el alquiler de un apartamento o la calificación para una promoción o lograr un nuevo empleo mejor pagado, o simplemente nos creamos un record negativo. Todo esto puede incidir sobre otros miembros de la familia, más directamente sobre nuestros dependientes menores en término de proporcionarles un mejor nivel de vida.
El dilema es siempre el mismo, mientras la vida sigue adelante, del mañana no sabemos lo suficiente y después que no que se diga que estas lluvias condujeron a aquellas malas tempestades.
Por Eramis Cruz.