Quién no ha saboreado dulcemente en su vida un “te amo”, y si alguien ha dejado de creer en el amor porque quizás jugaron con sus sentimientos, es el momento propicio para indicarle con nuestros labios este grandioso aliciente. Quién no se ha deleitado en sus circunstancias y momentos difíciles con un suave “te quiero”, y si acaso has dejado de manifestarlo en estos días, este es el momento cumbre para iniciar alentar tu pareja, tus amigos y compañeros de trabajo.
Quién no ha sentido el efecto positivo en su vida de un “te apoyo, y si conoces sus hermosos efectos, es el momento clave para recomendarlo y multiplicarlo en los seres que se sienten desalentados y necesitan motivación en sus proyectos, sueños y metas por alcanzar. Quién no se ha descongestionado en sus penas y preocupaciones con un “te abrazo” , y si acaso no has sentido nunca este poderoso efecto, este es el precioso instante para ponerlo y llevarlo a la practica con tu prójimo que necesita al compás de tus brazos del poder de tus palabras de fe, optimismo, esperaza y aliento.
Quién en el transcurso de su vida no ha expresado y sentido la necesidad de un “te escucho”, y si no lo tienes incluido en tu receta para aliviar tu espíritu y sana tu alma, esta hora es el período estelar, para iniciar con ahínco la mezcla del dialogo efectivo y afectivo con las personas que nos expresan sus quejas sociales y políticas, alegrías, tristezas y derrotas amorosas y que necesitan de nuestra paciente escucha. Qué padre y madre no le ha dado a sus hijos un “te beso de motivación”, por los logros alcanzados en sus estudios y trabajo, y si por omisión no le ha dado a tu hijo/a la toma de este poderoso “te”, este el minuto para comprobar el alivio que inicia a correr por las venas de su cuerpo llenando y rebozando su corazón de alegría eterna.
Querido lector la lista de estos mágicos “te” puede seguir y necesitaría varias páginas para hablar de sus propiedades revitalizadoras, pero con cariño sincero te ofrezco finalmente un “te agradezco con amor”, este tiempo que le dedicas semanalmente a la lectura de mi columna donde el Espíritu Santo me inspira y me colma de sabiduría.
Mario José Almonte.