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martes, 25 de noviembre de 2014

Rescatar los valores familiares

Quiero empezar esta entrega estableciendo que así como ande la familia en cualquier nación, igualmente andará la sociedad en sentido general.
Siempre se ha dicho que desde que nacemos, los seres humanos vivimos rodeados de muchas personas y ese primer grupo humano al que pertenecemos se llama familia, la célula fundamental, esencial y determinante de la sociedad, constituida por padre, madre e hijos que residan bajo un mismo techo.
Claro está, al hablar de familia podemos imaginar a un grupo de personas felices bajo un mismo techo y entender la importancia de la manutención, cuidados y educación de todos sus miembros, pero descubrir la raíz que hace a la familia el lugar ideal para forjar los valores, es una meta alcanzable y necesaria para lograr un modo de vida más humano, que posteriormente se transmitirá naturalmente a la sociedad entera.
Los  valores de la familia van más allá de los encuentros habituales e ineludibles, los momentos de alegría y la solución a los problemas que cotidianamente se presentan, se encaran y se resuelven. Precisamente estos valores nacen y se desarrollan cuando cada uno de sus miembros asume con responsabilidad y alegría el papel que le ha tocado desempeñar en la familia, procurando el bienestar, desarrollo y felicidad de todos los demás.
Es pues una responsabilidad de formar y llevar a la familia en un camino de superación constante, lo cual  no es una tarea fácil. Los expertos señalan que las exigencias de la vida actual pueden dificultar la colaboración e interacción porque ambos padres trabajan, pero eso no lo hace imposible, por tanto, es necesario dar orden y prioridad a todas nuestras obligaciones y aprender a vivir con ellas. Debemos olvidar que cada miembro cumple con una tarea específica y un tanto aislada de los demás: papá trabaja y trae dinero, mamá cuida hijos y mantiene la casa en buen estado, los hijos estudian y deben obedecer.
Soy del parecer que cada día se hace más necesario que reflexionemos que el valor de la familia se basa fundamentalmente en la presencia física, mental y espiritual de las personas en el hogar, con disponibilidad al diálogo y a la convivencia, haciendo un esfuerzo por cultivar los valores en la persona misma, y así estar en condiciones de transmitirlos y enseñarlos. En un ambiente de alegría toda fatiga y esfuerzo se aligeran, lo que hace ver la responsabilidad no como una carga, sino como una entrega gustosa en beneficio de nuestros seres más queridos y cercanos.
Vamos a terminar diciendo que los valores familiares son todos aquellos valores que son inculcados a través de las generaciones, nuestros padres, abuelos, tíos, primos, etc. Esos valores como tener buenos pensamientos, obras bondadosas, amor, cuidar de aquellas personas que estamos cerca y hacen parte de nuestro grupo social, nuestra casa, hijos, padres, hermanos, familiares y amigos. Es importante en los valores familiares tratar a los demás, como nos gustaría ser tratados a nosotros.
Autor: RAMON A. CABRAL