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martes, 14 de octubre de 2014

Que el mal, traiga bien

El hecho de la muerte de once infantes en el Hospital Robert Read Cabral, no sólo ha mostrado la realidad de la fragilidad y debilidad de un sistema de salud, que más que todo, es padecido por la mayoría del pueblo dominicano que no puede pagar una clínica. Sino que ha dejado ver el "refajo" de lo que es pan del día a día en nuestros centros de salud y que por las exclamaciones dadas por la encargada del Robert Read, al establecer de forma simple que la muerte de esos niños(as) en días distintos no es nada extraño. 

Escucharla es como para preguntarse si existen galenos que han perdido la sensibilidad que se requiere y estaremos asistiendo a la pérdida de sorprendernos ante hechos vergonzosos como el mencionado y por las cifras que se han dado, esas muertes de hace una semana es parte de lo que se ha hecho una "costumbre" de la muerte de menores. 
    
Todo esto también nos revela nuestra fragilidad en lo que insistimos en llamar sistema de salud, que no es que reciben un servicio los hijos de "machepa", sino que lo padecen y lo sufren.
   
 Quizás ahora, ante lo que ha ocurrido, al menos que se ha conocido con certeza,‎ tiene que sacarse una lección que sirva para bien y al menos demostrar que como país la muerte de un ser humano tiene un real valor y no lo que algunos han mostrado con su actitud y comportamiento ante este bochorno ya ocurrido. Según la comisión organizada por el gobierno, todo se debió básicamente a negligencia e incapacidad, sin embargo, no se menciona por ninguna parte, claro está, la falta de los recursos que es la parte sine qua nom para que todo funcione, no sólo en el Robert Read, sino en todo el país.
    
No es solamente pidiendo sanciones para dos o tres médicos, técnicos o ministros que solucionaremos esta situación, sino también ir al problema real, los recursos que no recibe el sistema de salud. Aprovechar y crear la Red Unica de Salud, o lo que es lo mismo, hacerle autosuficiente por medio del Sistema de Seguridad Social.   
    
Concomitante con lo ocurrido en el Robert Read, y luego de trece días de huelga de las enfermeras del Arturo Grullón aquí en esta ciudad de Santiago,  las cuales ya no sólo protestaban por sus derechos laborales, sino por la falta de equipos importantes y materiales; es cuando aparece el Ministerio de Salud a indicar que iba a dar los recursos que requería este Centro de salud de esta ciudad. Coincidencialmente, y luego de la muerte de esos infantes, entonces aparecieron las promesas del Ministro de Salud, para este  Hospital que también atiende pacientes menores de edad ubicado aquí en Santiago de los Caballeros. Al parecer el hecho ocurrido en el Robert Read de Santo Domingo, lo puso en entredicho ante la exigencia justa de las enfermeras del Arturo Grullón, que mostraron más sensibilidad y preocupación que los encargados del Ministerio de salud.
    
Volviendo al tema inicial, la articulista Marien Aristy indicó en su sección del periódico Hoy, de la semana pasada, respecto a lo sucedido en el Robert Read, lo siguiente:
     
“¿Sabremos por qué en ese hospital ha terminado siendo una rutina, como confesó con soberana tranquilidad la directora de ese hospital, que mueran tantos niños?”    
“Las estadísticas de ese hospital duelen: 262 niños han muerto los fines de semana durante este año, lo que en promedio son seis por fin de semana; mientras que de enero a noviembre del 2012 fallecieron 833 (75 por mes) y en el 2011 murieron 826 (68 por mes y dos por día)”. “Estos números tienen que llamar a una investigación profunda”. “Algo está fallando. Puede ser falta de gerencia, de recursos, insumos… hay que revisar qué está mal. Ha llegado el momento de actuar. No enterremos más niños”.
   
 Asimismo, en ese tenor establecido, en el editorial del mismo diario matutino y a indicado más arriba, se indicaba también, lo siguiente:
   
 “En un país en que los diputados pueden gastar RD$82 millones del erario en canastas navideñas, es una barbarie que al Instituto Nacional del Cáncer Rosa Emilia Sánchez Pérez de Tavares (Incart) apenas le entreguen 24 millones al mes, cuando en realidad necesita RD$60.4 millones. Un centro que introduce al país en el selecto grupo de naciones con capacidad para tratamiento ultramoderno del cáncer, no puede trabajar con una asignación cuyas tres cuartas partes se consumen en salarios”.
   
 “El director del Incart, doctor Francisco Monegro Santos, expuso en el almuerzo semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio las limitaciones financieras que afectan a este centro especializado. El contraste entre la alta tecnología y modernidad del Incart y su pobre presupuesto desnuda la inconsecuente política sanitaria del Estado para la atención de nuestra gente afectada de cáncer”.
    
Esperemos pues, que esto sucedido en el Robert Read, no sea pasado por alto por las autoridades y se entienda que sin recursos no habrá posibilidad de mejorar este padecimiento que sufre lo mejor del pueblo dominicano que no tiene posibilidades de ir a centros privados.  Que esta dura y vergonzosa lección de muerte de niños y niñas sirva de aprendizaje, de lección y de que saquemos cosas positivas ante esta fea realidad a nivel nacional.
Lic. Jordi Veras.