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miércoles, 16 de julio de 2014

Delincuencia juvenil se apodera de Capotillo; comunitarios se organizan para enfrentar caos


En el barrio Capotillo pocos duermen tranquilos. En las noches, casi siempre a oscuras por falta de energía eléctrica, las ráfagas de disparos mantienen con los nervios de punta a los residentes en el populoso sector. Los programas de  policial han sido un fracaso, porque “policías mal pagados” se dejan corromper por los delincuentes, creen los munícipes.
Ante la ola de delincuencia que afecta al sector, los residentes se han organizado en núcleos, por cuadras, para establecer un control de los callejones y cercar la zona por donde los malhechores se comunican para atracar y robar, informó Abel Rojas, dirigente comunitario. Explicó que en las calles Respaldo 6, Respaldo 8, Respaldo Doctor Betances, 16, Diego Velásquez y 38 fueron colocadas  de hierro en cada callejón y se cierran a las 7:30 de la noche. “Si el problema son los pasos por los callejones, nosotros nos resguardamos”, aclaró.
De igual manera, los mismos vecinos iluminan esos callejones con bombillas que alimentan con los inversores de sus viviendas.
Es tanta la desesperación que un grupo de 70 personas ha contemplado adquirir flotas que costearán con sus propios recursos para mantenerse comunicados en el día y en la noche y así tratar de evitar que personas de trabajo sean asaltadas al llegar a sus viviendas.
“El 9-1-1 de Capotillo debe ser la misma comunidad antes que las autoridades, aunque no le quitamos su mérito”, indicó. Rojas aseguró que Capotillo nunca ha sido un barrio tranquilo, sin embargo, el caos se agrava porque son los menores quienes integran los grupos de asaltantes.