Vestidita de rosado, con los cachetitos pintados y una sonrisa llena de luz, Carmela Rodríguez Jorge recibió a reporteros de este diario.
En su hogar de la calle Eusebio Manzueta de Los Jardines, rodeada de flores y mimos, la madre de 10 hijos procreados con Rafael Rodríguez (fallecido), contó experiencias y recuerdos que han marcado sus 100 años de vida.
A la progenitora de Oscar, Andrés, Luis, Nelson, Carmen, Héctor, Gladys, Maritza, Socorro y Andrés, le gustan las fiestas, los merengues de Alex Bueno y los juegos de béisbol.
Es una fanática aguilucha que no se pierde un partido de su equipo.
Alegre, lúcida y con ánimos de involucrarse en los afanes de la casa, es como Carmela recibe su siglo de existencia.
De sus años de juventud recuerda que eran más tranquilos. “Antes se vivía mejor, los hijos eran más obedientes y daban más amor a sus padres”.
A su descendencia le enseñó la fe en Dios, el respeto, la obediencia y el valor de la amistad.
“Yo nunca he tenido un enemigo”, cuenta con orgullo.
Carmela conserva su coquetería femenina, le gusta vestirse bonita, y nunca olvida los collares y aretes. A sus cien años de vida, cocina, friega y riega las flores.
Sus hijos la definen como una mujer trabajadora, sacrificada y humilde.
Carmela conserva con amor los recuerdos de las huellas que ha dejado. En un lugar especial de su casa y su vida, guarda un reconocimiento que en el año 1991 le hicieron sus entonces vecinos de la calle Constanza de esta ciudad, quienes la nombraron “Reina” del sector.