Como todos sabemos, las ambulancias han sido diseñadas para dar servicio, sin embargo en muchas partes del mundo por el privilegio que tienen, las mismas también son utilizadas para otros propósitos, incluyendo actos reñidos con la ley, como el tráfico de personas y narcotráfico.
A propósito, me voy a referir en esta oportunidad al sonado y reciente caso en el que perdió la vida dentro de una ambulancia una niña de apenas cuatro meses de nacida, luego de que dicho vehículo fuera interceptado por agentes de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) cuando la bebe era traslada en estado de gravedad desde el Hospital Juan Pablo Pina de San Cristóbal hacia el Robert Reid Cabral, en la capital.
Ha sido un hecho que ha consternado a los familiares de la bebe muerta y a todos los ciudadanos, por las supuestas circunstancias en las que se produjo el suceso.
Según la DNCD, dicha ambulancia pasó por la Avenida 6 de Noviembre en momentos en que un equipo de ese organismo ejecutaba un operativo antinarcóticos en esa vía, y supuestamente, sus oficiales tenían información de inteligencia en el sentido de que a bordo de una "ambulancia" que pasaría por allí, se estaban transportando drogas.
Los demás elementos de la historia son conocidos ya por la ciudadanía. La bebe, según la versión del médico que iba con ella dentro de la ambulancia, supuestamente murió porque en medio del operativo le fue interrumpido el oxigeno que se le administraba, algo sumamente lamentable.
El mayor general Julio Cesar Souffront Velásquez lamentó el suceso y de inmediato designó una comisión de oficiales que deberá rendirle un informe preciso sobre las reales circunstancias del evento, no solo con la finalidad de llevar la verdad a la ciudadanía, sino también con el firme objetivo de sancionar a los agentes actuantes, en el caso de que se demuestre que los mismos actuaron con excesos y provocaron la muerte de la infante.
Aplaudimos la actitud del presidente de la DNCD y estamos seguros que la investigación sobre el hecho arrojará la verdad. Y si los agentes se excedieron actuando incorrectamente recibirán el debido castigo.
Pero como nada de lo que se haga le devolverá la vida a la niña ni el consuelo a sus familiares, entendemos que lo más justo es que la DNCD proceda a indemnizar a los padres de la misma, independientemente de los resultados de la investigación.
Por otro lado, vamos a estar claros, aunque la investigación determine que hubo excesos por parte de los agentes, el presidente de la DNCD no es el culpable directo ni indirecto de que se haya producido esa muerte lamentable, ya que cada equipo operativo tiene un oficial encargado y responsable, que es quien ordena los procedimientos y las decisiones de cada acción en particular.
Además el general Souffront Velásquez jamás aprobaría que se ejecuten arbitrariedades contra los ciudadanos inocentes.
Es un caso gravísimo que esa niña haya muerto en esas circunstancias, pero lamentablemente, son novedades que se pueden producir por lo particular de dicha actividad. Independientemente de todo, creo firmemente que el tacto, el sentido común y humano, la prudencia y el rápido razonamiento, deben ser bien manejados por aquellos oficiales que dirigen operativos antidrogas.
Como ya han sido numerosos los casos lamentables en los que se han visto envueltos agentes de la DNCD, en lo adelante, entendemos que el general Souffront Velásquez, un militar de carrera, inteligente y buen director, quien además está realizando una extraordinaria gestión, deberá trabajar en la línea de estudiar y revisar los procedimientos de actuación de los agentes en cada circunstancia, a los fines de que este tipo de eventos no se produzcan. Esperamos eso!.
Autor: Marc Santana
El autor es Periodista
Santana.marcelino@gmail.com