(EP/InfoCatólica) El arzobispo captura las «dramáticas situaciones que traumatizan a tantos hoy día en el mundo», según informa Radio Vaticana. Concretamente, invita a reflexionar sobre las «serias consecuencias» de la crisis como «la inseguridad en el trabajo, el desempleo, la especulación financiera y la corrupción».
También se refiere al «drama» que sufren los inmigrantes, a las mujeres víctimas de la explotación y de la violencia de género –«lloremos por esos hombres que descargan sobre las mujeres la violencia»–, al trauma de los niños que sufren abusos y al dolor de las madres que han perdido a sus hijos por la guerra, las drogas o el abuso del alcohol.
Asimismo, Mons. Bregantini se detiene en su región para recordar el caso de los niños que han muerto en el sur de Italia de cáncer debido a los residuos tóxicos y el de los solicitantes de asilo que mueren intentando llegar desde África buscando una vida mejor.
Según añade, el sufrimiento de Jesús, también recuerda aquel de los reclusos que están en cárceles abarrotadas afectados por tanta burocracia y un «lento sistema de justicia» y de aquellos otros que se encuentran en prisiones donde «la tortura es aún una práctica».
Ante estas situaciones, el arzobispo invita a crear «puentes de solidaridad» y a recuperar la estima por la política para encontrar soluciones comunes a los problemas sociales.
También se refiere al «drama» que sufren los inmigrantes, a las mujeres víctimas de la explotación y de la violencia de género –«lloremos por esos hombres que descargan sobre las mujeres la violencia»–, al trauma de los niños que sufren abusos y al dolor de las madres que han perdido a sus hijos por la guerra, las drogas o el abuso del alcohol.
Asimismo, Mons. Bregantini se detiene en su región para recordar el caso de los niños que han muerto en el sur de Italia de cáncer debido a los residuos tóxicos y el de los solicitantes de asilo que mueren intentando llegar desde África buscando una vida mejor.
Según añade, el sufrimiento de Jesús, también recuerda aquel de los reclusos que están en cárceles abarrotadas afectados por tanta burocracia y un «lento sistema de justicia» y de aquellos otros que se encuentran en prisiones donde «la tortura es aún una práctica».
Ante estas situaciones, el arzobispo invita a crear «puentes de solidaridad» y a recuperar la estima por la política para encontrar soluciones comunes a los problemas sociales.