Luego de consumarse la Independencia Nacional de la República Dominicana el 27 de febrero del 1844 el Presidente de Haití Charles Herard organiza un batallón con la flor innata de la milicia haitiana, teniendo como objetivo primordial dar un contragolpe y conquistar nuevamente el territorio sublevado.
La logística militar haitiana se dividió en dos bloques. El primero tenía como misión abrirse paso hacia el norte bajo las órdenes del general Pierrot, el cual fue derrotado en Santiago el 30 de marzo, y el segundo estaba comandado por el mismo Presidente Herard que avanzaría por el sur del país hasta llegar a la capital. No obstante, las huestes invasoras son enfrentadas por el ejército libertador el 19 de marzo en Azua dando inicio a la primera victoria de los dominicanos frente al regimiento haitiano.
Podríamos decir que la Batalla del 19 marzo fue “el bautismo de fuego del Ejército Nacional Dominicano frente a los haitianos”, puesto que en Azua se inició la primera campaña de las guerras libertadoras, en donde muchos de los héroes nacionales como Antonio Divergé, Francisco Soñé, Felipe Alfáu y Pedro Santana fijaron las primeras estrategias militares, dando muestra de fiereza y entrega para conquistar la libertad.
No obstante, al estudiar algunos hechos preponderantes de la Batalla del 19 de Marzo nos encontramos con diversos puntos interesantes dignos de estudio.
Según Joaquín Balaguer en su libro Centinela de La Frontera , destaca que cuando el jefe del Ejercito Nacional, General Pedro Santana, llega a Azua la noche antes del feroz encuentro, con su batallón compuesto de hateros, monteros, peones y campesinos ya las estrategias de combates estaban trazadas y muy bien delimitadas por un subalterno con rango de Coronel llamado Antonio Divergé; por lo que según el escritor lo único que Santana hace es recibir los méritos y honores por ser jefe militar de la demarcación.
Otro acontecimiento importante se efectúa luego de consumarse la victoria, donde se ejecuta una orden dada por el General Pedro Santana, la cual ha sido causa de amplias críticas, raíz de diversas controversias y objeto de profundo análisis en el marco de la historia nacional.
Esta acción fue la retirada precoz de Pedro Santana con todo el grueso de su tropa después de la victoria en Azua, lo que permite la reorganización del Ejército Haitiano, el cual toma por asalto días después la Plazoleta de Azua sin encontrar resistencia alguna, hallando importantes municiones que los dominicano había olvidado. Aquella plaza que anteriormente había sido escenario de una batalla campal, fue conquistada por el invasor sin pronunciar el más mínimo disparo ni derramar una sola gota de sangre.
¿Por qué Santana, Comandante General del Ejército Libertador ordena el repliegue del batallón y malogra aquel glorioso triunfo obtenido unos días antes, donde se puso de manifiesto el coraje y gallardía de nuestros combatientes?
¿Qué objetivo perseguía aquella desatinada orden de retirada después de esa importante primera victoria en la que el Ejercito Libertador sostuvo con fe la bandera de la libertad en aquel campo de batalla?
Para muchos historiadores aquel acto es incomprensible, para otros aquella acción pone de manifiesto su evidente cobardía y algunos alegan que esa decisión fue una estrategia astuta digna de admirar.
El General retirado José Miguel Soto Jiménez en su libro Semblanza de los Adalides de la Independencia nos explica una razón lógica de aquella acción, o por lo menos nos ofrece una excusa razonable digna de análisis.
Según Soto Jiménez aquella sentenciada retirada de Santana y sus hombres no fue más que una sutil maniobra del General, el cual sabía que el regimiento haitiano iba a regresar para exterminar su batallón, que ya no podía librar una batalla abierta con el invasor el cual lo triplicaba en número y municiones, ya que anteriormente habían vencido por el factor sorpresa, elemento que no podían repetir si se que quedaban en el mismo lugar.
Que interesante perspectiva nos ofrece el escritor al mostrarnos razonamientos muy lógicos y aplicables en el campo de batalla que justifican de manera evidente aquella acción, pero ¿Quién podría renegar que la ambición de Santana era gobernar, y después de demostrar su poderío arsenal y dotes en el campo de batalla se dirigiera hacia la capital para tomar el control absoluto del país y desplazar la Junta Gubernativa ?
Realmente y efectivamente no lo sabemos, pero a pesar de la fragmentación de opiniones sobre los hechos y hazañas en la Batalla del 19 de Marzo es innegable su importancia en la consolidación de nuestra Independencia Nacional, porque es ella que marca el inicio de una amplia trayectoria de victorias sobre la infantería haitiano, las cuales estaban destinadas a consolidar y fortificar una República Dominicana libre e independiente.
César Fernández